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Vivienda

El negocio de los apartamentos turísticos pone por las nubes el alquiler tradicional

El precio medio del metro cuadrado de las viviendas en arrendamiento sube un 6 % en la Comunitat Valenciana en solo tres meses y más del 10 % en un año por la tendencia de los dueños a sacarlas al mercado en verano - València es la ciudad que experimenta el mayor crecimiento

Alquilar un piso para todo el año a precios razonables se ha convertido en toda una odisea en la Comunitat Valenciana. Hay que armarse de paciencia, lidiar con precios altos y competir con decenas de inquilinos en potencia que buscan viviendas en similares condiciones ante una oferta escasa por la tendencia de los propietarios a poner sus casas en el mercado del alquiler turístico.

Hasta este agosto, la provincia de València ha registrado un total de 2.146 altas de viviendas para el alquiler turístico, Alicante -la más prolífica- ha inscrito 6.634 apartamentos turísticos y Castelló se queda en segunda posición con 2.391 inmuebles destinados a esta actividad. En total, esta rentable actividad económica, ha hecho que en la Comunitat Valenciana afloren 11.171 nuevos inmuebles turísticos, según los datos del registro de viviendas turísticas.

Estos datos reflejan una subida importante de este sector con respecto a años anteriores. En la actualidad los datos globales apuntan a que en toda la Comunitat existen 71.699 pisos turísticos, de los que más de 33.000 se dieron de alta en los últimos tres años.

En datos globales, Alicante sigue siendo la que se posiciona como líder puesto que cuenta con el 60 % de la estadística (lo que supone 43.104 pisos en alquiler vacacional). Por detrás figura Castelló con 14.595 (el 21 %) y en tercer lugar, València con 13.999, el 19 % de los inmuebles turísticos.

La consecuencia principal del «boom» del alquiler turístico -en el que la Comunitat Valenciana ha descargado buena parte la normativa recogida en la Ley de Turismo y Hospitalidad de la Generalitat, que entró en vigor a principios de julio- es que ahora encontrar casa para larga temporada se hace más complicado y más caro.

El fenómeno tiene dos claros damnificados: los «mileuristas» y los estudiantes», según destaca la presidenta de la Asociación de APIS de la provincia de Alicante, Mari Fe Esteso.

Tanto es así que aquellos que buscan un piso en la capital valenciana son quienes más difícil lo tienen, ya que se encuentran con un incremento del 15,8 % en el precio del alquiler con respecto al año pasado, liderando las subidas en toda la región. Tal como publicó Levante-EMV, según datos del portal inmobiliario Fotocasa, los barrios que han experimentado un mayor aumento son Benimaclet -zona eminentemente de vecindario estudiantil- (23,2 %), Poblats Marítims (16,9%) -donde el turista busca la cercanía de la playa-, Algiròs (16,1 %) y Patraix (14,2 %).

Fuera de la ciudad de València, los aumentos más significativos se hallan en el Port de Sagunt donde la renta de una casa se ha encarecido en un 11,5 % más con respecto al año pasado. Si hablamos de incrementos sufridos en el último trimestre, de nuevo es esta localidad de la comarca del Camp de Morvedre la que más solicitada se encuentra con una subida del 19 %. Le siguen Torrent con el 18,6 % y Gandia -municipio turístico por excelencia-, cuyos precios de alquiler rozan un aumento del 14 %.

Menos tiempo, más rentabilidad

Este fenómeno encuentra parte de sus causas en que ha disminuido la oferta de viviendas para el alquiler de larga duración puesto que «muchos propietarios de zonas turísticas obtienen una rentabilidad mucho mayor alquilando por temporadas cortas», como sucede en el barrio de Ciutat Vella, explicaron desde el Colegio de Agentes de Propiedad Inmobiliaria (API) de València. Una gran parte de dueños de inmuebles optan por gestionar sus alquileres a través de plataformas como Homeaway o Airbnb, lo que provoca que los precios se hayan puesto por las nubes. «Hay lista de espera. No duran ni 48 horas. Es un alquiler exprés», indicó Esteso.

Pero este tipo de alquiler tiene sus contrapartidas. Según la vicepresidenta de la Asociación Inmobiliaria de la Vega Baja (Asevega) y gerente de la inmobiliaria Okendo, Karen Manzanas, con el alquiler turístico una vivienda se expone a más cambios, a más gente y a más inseguridad para el propietario en relación al mantenimiento del inmueble, algo que obliga a estar más atento. También hay que estar más pendiente de los inquilinos, ya que pueden llegar a ser varios en una misma semana, «lo que requiere atención y tiempo», señala.

Manzanas asegura que la demanda ahora es tan alta que hay muchos perfiles para «elegir» considerados «buenos» para el propietario. «Existe gran demanda por parte de profesionales que tienen ingresos estables o gente que se traslada por trabajo con nóminas altas, y esto se mira mucho», indica Manzanas.

Con este panorama, ¿cuál es la situación de los mileuristas y estudiantes? La presidenta de las APIS de Alicante, Mari Fe Esteso, apunta que cada vez son más quienes, con edades más avanzadas, se unen para compartir piso. «Siempre es una opción», remata.

La APIS han detectado a su vez una gran escasez de viviendas para universitarios, si bien en este caso no perciben un fuerte repunte de las mensualidades. Mari Fe Esteso incide en que los propietarios que prefieren tener a estudiantes cobran por habitación, lo que tampoco encarece demasiado el precio. Generalmente son de tres o cuatro dormitorios, pisos más antiguos y relativamente bien conservados.

Blanca Bausá es la directora de reservas de Erasmusu, página web especializada en alquileres para estudiantes. Bausá destaca las diferencias que hay entre los casos de los Erasmus de países del norte de Europa, que llegan con becas más altas, y otros estudiantes a la hora de acceder a un piso. «Los de países nórdicos no miran precio. Se meten solos en un apartamento de 600 euros o en un estudio mientras que otros tienen que compartir», subraya.

Para Bausá sí se ha detectado un aumento en los precios para estudiantes que ronda el 30 % respecto a hace cuatro años por la poca oferta que deja para todo el año el alquiler turístico. «Alquilar a inquilinos estudiantes tiene sus ventajas. Hay poca rotación, los pagos se garantizan y la seguridad de que no te dejen tirado es máxima. Hay tanta demanda que si al final un estudiante no viene proponemos otro enseguida», señala.

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