Un menor de catorce años que se encontraba interno en el centro de recepción de Buñol fue detenido el pasado miércoles acusado de abusar sexualmente de otra adolescente ajena al centro. Los presuntos abusos se habrían producido fuera de la residencia para menores no acompañados, concretamente en las proximidades del río que pasa por la localidad de Buñol, cuando el ahora arrestado se acercó en compañía de otros adolescentes no identificados a un grupo de tres chicas.

Según las fuentes consultadas por este periódico se habría tratado de tocamientos, aunque todavía no está clara la calificación del hecho delictivo. En todo caso aclararon que no se trató de una agresión sexual consumada.

El citado adolescente se había escapado del centro aprovechando uno de los campamentos y tuvo que ser localizado posteriormente por la policía. Durante su detención el menor ofreció resistencia e incluso llegó a agredir a uno de los agentes.

Una vez reducido, ayer por la mañana fue puesto a disposición de la Fiscalía de Menores de València. El juzgado acordó el internamiento en régimen cerrado a la espera de la evolución de las investigaciones para saber el alcance y la gravedad de lo ocurrido.

Este hecho se suma a otros incidentes ocurridos o protagonizados por menores internos en el centro de Buñol desde que fueron trasladados desde el ya clausurado centro de Monteolivete.

Uno de los principales problemas que arrastra este centro de recepción es la sobreocupación. Un informe de la Fiscalía de Menores ya alertó hace un año de la alarmante situación tras una visita sorpresa a las instalaciones, como ya informó en exclusiva Levante-EMV. La Conselleria de Políticas Inclusivas se comprometió a solventar las posibles deficiencias y atribuyó esta sobreocupación respecto al número de plazas al incremento de la llegada de Menas (menores extranjeros no acompañados) a la Comunitat.

No obstante, fuentes consultadas por este periódico aseguran que se está volviendo a tener días con una ocupación de más de 50 menores en el centro, cuando su capacidad está fijada en 30 plazas. Asimismo, para evitar incidentes se optó por enviar durante el verano a muchos de los menores acogidos a campamentos en grupos de veinte. De uno de dichos campamentos se escapó el ahora arrestado, quien acudió a Buñol para disfrutar de la fiesta de la Tomatina.

Pese a que este año la seguridad en las fiestas se ha incrementado y el mensaje de concienciación contra las agresiones sexuales parecía haber calado, ello no evitó un nuevo caso de abusos sexuales a una menor.