El Ministerio de Fomento y la Conselleria de Obras Públicas activarán este mes la comisión técnica que evaluará el proyecto de nuevos accesos que necesita la AP-7 para adaptarse a su futura realidad gratuita, que se hará efectiva el 31 de diciembre de 2019. Ambas administraciones trabajarán en base a una propuesta elaborada por la Conselleria de Obras Públicas. En Castelló, la Generalitat plantea tres nuevas conexiones en Vinaròs, Benicàssim y Vila-real más actuaciones de mejora en carreteras de la provincia con un coste de 70 millones de euros.

El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, avanzó en el Congreso el jueves que su departamento ha empezado a analizar el estudio de actuaciones de la AP-7, que recibió en julio, y que en septiembre se producirá la primera reunión bilateral para avanzar en el desarrollo del mismo. Ábalos reprochó al Gobierno del PP que no preparó ningún trámite para adecuar la autopista. «De lo único que teníamos constancia por parte del anterior Gobierno es que no se iba a prorrogar, pero tampoco sabíamos más. No había ningún pliego para la conservación de estas autopistas, una vez hubiera vencido la concesión. No había nada y por eso ha habido que hacerlo todo apresuradamente», subrayó el titular de Fomento.

El ministro invitó a los grupos parlamentarios a reflexionar sobre el modelo de financiación de la red vial estatal, pero estas afirmaciones no cambian los planes del Gobierno, que mantiene su intención de no renovar la concesión del peaje de la AP-7 entre Alicante y Tarragona cuando finalice el 31 de diciembre de 2019.

El plan de accesos del Consell ha sido realizado de acuerdo a las demandas de los municipios afectados. Son ocho conexiones y diez actuaciones en ocho localidades de la Comunitat con una inversión estimada de 220 millones. En la provincia de Castelló hay tres conexiones; en la N-232 Vinaròs-Morella, en la N-340 de Benicàssim y en la CV-20 Vila-real-Onda. Se unirán a las que existen actualmente en Vinaròs, Peñíscola, Torreblanca, Orpesa, Castelló Nord, Castelló Sud, Vila-real y Moncofa. La Generalitat confía en mejorar la movilidad en el corredor litoral y descongestionar las carreteras N-340, N-332, CV-10 y CV-13. .

En Castelló se da la circunstancia de que los camiones tienen restringida la circulación desde 2014 en la N-340 desde Nules a Orpesa, lo que ha causado un trasvase de tránsito en estos cinco años a la CV-10 y CV-13, dos viales que fueron proyectados para desplazamiento internos. Desde ayer, además, el tráfico pesado tampoco puede transitar por la N-340 desde Peñíscola al municipio catalán de l´Hospitalet de l´Infant.

El Ejecutivo valenciano también plantea otras mejoras en carreteras locales como la duplicación de la CV-13, ampliación de la capacidad en la N-340 entre Borriana y Almassora y un incremento de la seguridad vial entre el peaje de Vinaròs y la N-340.

En el caso de la CV-13, sostiene que la carretera tiene un tráfico considerable y con fuertes pendientes, «lo que provoca que cuando circulan vehículos pesados la velocidad se reduzca y se realicen adelantamientos inadecuados».

Año y medio

Fomento y conselleria disponen de año y medio para promover estas actuaciones, aunque todo hace indicar que las obras se ejecutarán una vez expire el contrato del peaje. Por primera vez en 48 años, la autopista dejará de ser de pago a finales de 2019.