El exfiscal Anticorrupción Pedro Horrach aseguró ayer en València que «probablemente habría citado a declarar como testigo en el caso Nóos», si hubiese tenido acceso a las grabaciones entre la «amiga especial» del monarca, Corinna Zu Sayn-Wittgenstein y el comisario Villarejo, en las que la mujer asegura que Juan Carlos I era quien realmente dirigía Nóos.

Horrach explicó que no ha tenido acceso a las grabaciones, aunque sí las ha podido escuchar parcialmente. «Muy probablemente hubiese cambiado la instrucción, en el sentido de que hubiese llamado a declarar a esta señora para conocer qué sabía, qué vió o qué conoció respecto de este tema. E intentar acreditar la veracidad de estas declaraciones».

En la conferencia «Análisis VIU. Encuentro con expertos» que ofreció en el Hotel Astoria, Horrach repasó los casos más importantes de su trayectoria y apostó por varias reformas del Código Penal que facilitarían la lucha contra la corrupción.

Entre ellas la posibilidad de «conceder beneficios procesales e, incluso, impunidad a los delatores para que delaten a los superiores. La verdad no viene del cielo y hay que buscarla. De ahí la necesidad de utilizar a los imputados que asumen los hechos delictivos y que señalan a otros corresponsables».

Horrach también defendió que las instrucciones judiciales sean dirigidas por los fiscales, dejando a los magistrados como jueces de garantías porque «la base es que la investigación se ha de conceptuar como un todo».