No habían transcurrido ni 24 horas desde que llegó al complejo hotelero de Punta Cana, donde iba a contraer matrimonio con una mujer natural de la República Dominicana, y fue encontrado flotando boca arriba en la piscina del hotel. Los intentos por reanimarlo con maniobras cardiopulmonares y con un desfibrilador resultaron infructuosas. Juan Manuel Díaz, de 40 años y vecino de Albal, falleció, según el informe médico que le han remitido a su familia, por una insuficiencia respiratoria debido a un infarto.

No obstante, los familiares del valenciano fallecido el pasado 29 de agosto en Bávaro (República Dominicana) muestran sus reticencias ante la versión oficial de las autoridades del país y temen que detrás de su muerte haya algo más. Por este motivo han denunciado lo ocurrido ante la Guardia Civil de Alfafar y solicitan que se abra una investigación para esclarecer las circunstancias del fallecimiento y la posible implicación de terceras personas.

Así, han solicitado al juzgado de Catarroja la realización de una segunda autopsia en España. El cadáver de Juan Manuel, embalsamado y con algunos órganos conservados para una posible nueva necropsia, llegó el viernes a Madrid.

«Hay muchas cosas que no concuerdan, no sabemos qué ha pasado, si había contratado un seguro de vida y si era ella la beneficiaria», apunta el hermano del fallecido refiriéndose a la mujer con la que iba a casarse Juan Manuel. Según explica, mantenían una relación sentimental a distancia desde hacía poco más de un año y medio, a través de redes sociales. Se habían conocido en un anterior viaje de su hermano a Punta Cana y desde entonces éste le realizaba transferencias de dinero de unos 600 euros mensuales.

«A ella no le interesaba casarse, con el dinero que él le mandaba allí vivía como una reina», argumenta Francisco. De hecho, la decisión de contraer matrimonio había surgido de su hermano, para poder formalizar la relación, ya que a ella le habían negado el visado para su estancia en España cuando éste trató de traerla junto a dos de sus tres hijos, según se detalla en la denuncia interpuesta ante la Guardia Civil.

«No tenía cardiopatías»

Respecto a si su hermano padecía algún tipo de patología, reconoce que era esquizofrénico, aunque actualmente no tomaba medicación alguna. «Mi hermano del corazón estaba bien, tenía la tensión alta y había pasado una neumonía, pero estaba bien», remarca este familiar. Además, insiste en que no tomaba drogas. «Era antidrogas, si veía a alguien fumándose un porro ya no le volvía a hablar», apunta Francisco.

El día en el que falleció habían estado en la playa, comieron en un restaurante y luego le dijo a su novia que se iba a dar un «chapuzón», según el relato de este familiar. «Ella le dijo que no le apetecía y se quedó en una tumbona», añade. Cuando se percataron que estaba flotando en el agua ya fue tarde. «Ella nos ha dicho que la ambulancia tardó una hora pero el gerente del hotel me asegura que le atendieron inmediatamente», argumenta Francisco. Según la versión del complejo hotelero, la ambulancia estaba dentro del 'resort' y apenas llegó en diez minutos, tiempo durante el cual ya le habían tratado de reanimar unos clientes médicos que había alojados y que estaban junto a la piscina. «De un corte de digestión no se ha muerto», sentencia el hermano del fallecido.