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Un problema que se agrava en verano

Mediterráneo, mar de plástico

España es el segundo país que más residuos de este producto arroja a la costa del «mare nostrum», solo por detrás de Turquía

El Mediterráneo ha forjado y moldeado nuestro carácter como sociedad, nuestras costumbres, nuestras formas de vida. Un mar que nos lo ha dado todo y que se lo estamos pagando arrojando cantidades abusivas de plástico.

De hecho, según datos de la Unión Europea, España es el segundo país de este alarmante ránking, 126 toneladas al día, solo por detrás de Turquía, (144 toneladas al día). Nuestra vecina Francia arroja 66.

Y es que, las aguas del Mediterráneo suponen solo el 1% del agua del planeta. Sin embargo, según un estudio realizado este mismo año por la ONG WWF, en sus aguas nadan el 7 % mundial de microplásticos, siendo la sexta zona del mundo que más plástico acumula.

Unos vertidos de plástico al mar que suben sobre un 40% en los meses de verano, a causa de la alta presión ejercida por los humanos sobre las zonas litorales, sobre todo en las zonas más turísticas.

Una amenaza para la fauna

Este problema tiene como principal víctima a la fauna marina. Un problema de alcance mundial. Y es que, por culpa de los plásticos existen 700 especies, en todo el mundo, amenazadas. Algunas de ellas en estado crítico.

Los plásticos golpean a la fauna marina desde dos ángulos. El primero, afecta solo a los animales. y es que, los animales se quedan atrapados entre los plásticos, lo que puede producir desde heridas hasta causar su muerte. El segundo afecta tanto a las especies marinas como a los consumidores de pescado. Y es que, el estudio alerta de que, en ocasiones, muchas especies confunden el plástico con comida y los ingieren. De hecho, 134 especies mediterráneas han comido plásticos alguna vez. Se estima que un 18% de atunes y peces espada del mediterráneo han ingerido plásticos al menos una vez. Así como los mejillones, salmonetes, lenguados o cangrejos, que pueden acumular restos de microplásticos. Según un estudio realizado por el Institute European Environmental Policy, se calculó que un consumidor europeo medio de mariscos podría ingerir hasta 11.000 piezas de microplástico al año. Uno de los casos más relevantes fue cuando hallaron en el estómago de un cachalote de más de 10 metros, varado en la costa granadina, 4 metros y medio de manguera flexible, 2 macetas y varias lonas de plástico.

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