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Sanidad no logra rebajar las listas de espera pese a operar un 47 % más por las tardes

El llamado «autoconcierto» no ha evitado que las clínicas privadas recibieran en 2017 tantas intervenciones como en 2015

Se opera más en la pública pero ni eso, ni mantener en las mismas cifras de años anteriores el número de pacientes que se envía a los hospitales privados, está teniendo un impacto suficiente en las listas de espera quirúrgica, que se mantienen en una media de 90 días y que solo han bajado en 8 días en los últimos dos años. Este es el difícil panorama que se le presenta a la Conselleria de Sanidad a tenor de las últimas cifras de operaciones derivadas al denominado plan de choque (aquellos pacientes que se operan en hospitales privados ante el retraso de ser operados en la pública) y de operaciones en autoconcierto, es decir, aquellas que hace el propio personal de la conselleria pero fuera de horario.

El presupuesto para habilitar equipos que operasen por las tardes e incluso los sábados para este año era de 9,5 millones de euros (6,5 millones en autoconcierto propiamente dicho y otros 3 para un aumento de personal asociado).

Un 47,4 % más en dos años

Según las cifras facilitadas por la administración, el impulso presupuestario que dio la exconsellera Carmen Montón en 2017 y 2018 al autoconcierto está dando resultados: de 2016 a 2017 se operó en la pública un 39,1 % más, hasta las 21.273 intervenciones de 2017. La diferencia en dos años, de 2015 a 2017 supone un aumento de un 47,4 % más de intervenciones en la pública. La tendencia se mantiene durante los primeros ocho meses de este año 2018: comparados con el mismo periodo del año pasado, ya se ha intervenido a un 20,27% más de pacientes.

El esfuerzo de los profesionales de la pública -para los que ahora se prevé unos incentivos más atractivos- no ha supuesto, sin embargo, una rebaja proporcional en el número de intervenciones menores que se mandan a la privada ni en los tiempos de espera. De 2016 a 2017, las derivaciones al plan de choque se redujeron en un 14,89 %. De hecho, la rebaja en dos años, de 2015 a 2017 es apenas significativa: un 1,76 %. En lo que llevamos de año, además, no se ha conseguido recortar este flujo de pacientes: las cifras apuntan incluso a un ligero repunte de un 0,10 % más de derivaciones hasta agosto de 2018.

La intención inicial del Pacte del Botànic era poder disminuir paulatinamente esta dependencia del plan de choque, que anualmente se lleva 11 millones de euros. La evolución de las cifras, sin embargo, apunta a que la administración tendrá que mantener, cuando no relanzar, la colaboración con los centros privados ya que el impulso solo de las operaciones de tarde no va a rebajar de forma significativa la bolsa de 61.800 pacientes que están a la espera de quirófano para resolver sus problemas de juanetes, cataratas o de varices.

El anuncio de Puig, por concretar

Los 90 días de espera media para entrar al quirófano, y los 8 días de rebaja que se han logrado en dos años, no son un buen balance para el Consell que quiere mejorar los resultados de una vez por todas. La espera media es de tres meses pero hay especialidades, sobre todo las de traumatología que siguen lastrando la lista quirúrgica y, de hecho, han experimentado episodios de subida cuando se han dejado de enviar pacientes a operarse a la privada. Es el caso de las intervenciones de rodilla o cadera que han llegado a marcar máximos con cuatro meses de espera media para una prótesis de rodilla.

Para lograr una contención «real», desde el Consell se anunció el pasado martes en el Debate de Política General una serie de medidas de choque que, sin cambiar el modelo, pretenden mejorarlo. Así, además de «mantener» las derivaciones de pacientes a las clínicas privadas «como han venido haciendo hasta ahora», se busca cambiar la organización de las sesiones de autoconcierto para que sean más. Los cambios pasarían por mejorar su «gestión» y, además empezar a pagar a los equipos de quirófano por procedimiento realizado y no por sesión vespertina, como hasta ahora.

Además, se va a empezar a trasvasar pacientes entre áreas de salud: de aquellas que tengan problemas para solventar la presión de sus listas de espera a otras en las que estén más saneadas. Desde la Conselleria de Sanidad no han podido todavía explicar cómo se van a concretar estas medidas ni cuánto dinero más hará falta para ello ya que también se ha previsto que los incentivos salariales que se paga a aquellos equipos que operan fuera de horario sean más atractivos.

Los sindicatos ya han advertido que si estas acciones no van acompañadas de un refuerzo de personal en otras áreas, no se conseguirán resultados.

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