Las reglas del juego se han roto y el debate se centra en como ponerle freno a las denominadas «fake news», las noticias falsas que llegan por distintos canales, enmascaradas como «prensa seria» sin serlo y sin repercusión legal ante el engaño. La confianza en un periodismo honesto en la era de internet ha llevado a la universidad CEU Cardenal Herrera y al periódico Levante-EMV a unirse en la campaña «Por una información veraz.com» para explicar, debatir, detectar, combatir y diseñar una estrategia que ponga punto y final a una práctica donde «todo vale» a favor de unos intereses concretos.

En esta campaña, el mundo informativo y el formativo se han unido para recopilar desde junio artículos, opiniones y comentarios sobre las «fake news». El debate se celebró en las instalaciones de Levante-EMV con representantes de la universidad y del periódico y tuvo como denominador común la importancia de «educar» a las audiencias, combatir el modelo de negocio que se ha generado y amenaza a toda una profesión, y conseguir que los medios de comunicación recuperen la autoridad que les ha sido arrebatada. El debate, pues, está servido.

El secretario general del Rectorado de la universidad CEU Cardenal Herrera, Jose Manuel Amiguet, aseguró que, ahora «que cualquiera puede ser emisor en una comunicación que no se queda en la mesa de un bar, el factor de riesgo se multiplica por lo que es imprescindible formar a los menores para evitar engaños y que aprendan a detectar informaciones falsas». Es más, Amiguet aseguró que desde le CEU «pedimos que en Bachiller se introduzcan asignaturas que incluyan contenidos sobre los medios de comunicación. Es fundamental».

Esa misma iniciativa la apoyó el decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación, Elías Durán, quien dio un paso más la apuntar que la Federación de Asociaciones Periodísticas de España (FAPE) «le ha comunicado al ministerio la necesidad de que las asignaturas relacionadas con la información sean obligatorias, las den profesionales de la comunicación y se enmarquen en ´Humanidades´».

El redactor jefe de Opinión, Andrés Hernández de Sa, contó su experiencia como presidente de la Unió de Periodistes, que llevó a cabo un programa en los institutos «para enseñar a discernir lo que es un bulo». A su lado, la también redactora jefa de Comunitat Valenciana, Teresa Domínguez, puso la nota discordante al asegurar que los jóvenes «han perdido el interés por la información. No leen los periódicos... pero sí consultan internet. Y las ´fake news´ tienen un revestimiento de rebeldía que les atrae mucho porque se presentan como una manera de desmontar la realidad que presenta el sistema. Yo siempre les digo: no te creas todo lo que lees».

Para el director de departamento de Comunicación e Información Periodística, Jorge Pérez, «a los jóvenes sí les interesa la información, el problema es que no les importa de dónde les llegue». El redactor jefe de Deportes, Cayetano Ros, puntualizó que «vivimos en una sociedad donde los jóvenes se alimentan de Facebook. Su tiempo de concentración es limitado. Ven jugadas de fútbol porque un partido entero les cansa». El debate se centró, entonces, en los nuevos canales de comunicación y en unas redes sociales que actúan como transmisoras pero no comparten las mismas reglas del juego.

Para la subdirectora del periódico Levante-EMV, Lydia del Canto, «Facebook y Twitter se han convertido en medios de comunicación, pero somos reacios a que lo sean. Es más, muchísimas noticias se comparten y llegan por WhatsApp».

De hecho, Amiguet puntualizó que el 60 % de las informaciones que se comparten desde Facebook se hace «sin ´pinchar´ en la noticia. Es un emisor no responsable pero lo hace porque es un entusiasta de la temática que está compartiendo». Hernández de Sa preguntó entonces ¿hasta qué punto se puede obligar a las redes sociales a actuar con las mismas reglas que los medios de comunicación». Del Canto lo tiene claro y aseguró que «internet no es una red libre de uso público. Si el canal es nuestro... y se detecta una mentira... se debería eliminar de forma obligada. Hay que plantear una regulación más allá de la perversión de las audiencias y sus mediciones».

La regulación de la información en las redes sociales, como ocurre, por ejemplo, en la televisión (donde no se pueden emitir ciertos contenidos en determinados horarios) fue un punto de acuerdo. El «problema» para la profesora de Comunicación e Información Periodística, Elvira García de Torres, es «el negocio que se ha creado con las noticias falsas. Google tiene controles y algunos sistemas para detectar ´fake news´ que están dando buenos frutos, pero además hay que educar a la ciudadanía y formar a los periodistas y a los medios de comunicación. Necesitamos controles extra de calidad y manuales divulgativos».

Para la vicedecana de Periodismo, Anunciación Ramírez, «el reto que tenemos ahora es cómo recuperar el principio de autoridad de los medios de comunicación y el camino es contrastar las fuentes y no dejarse llevar por las prisas».