La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de València ha ordenado la búsqueda y detención inmediata de un hombre, de 46 años y nacionalidad española, acusado de violar durante años a sus dos hijas, ambas menores de edad, en un municipio de la Ribera. De hecho, los presuntos abusos sexuales comenzaron cuando éstas apenas tenía doce y trece años. El presunto pederasta no se presentó al juicio que estaba señalado para el pasado jueves y desde entonces permanece en paradero desconocido.

El fugitivo se enfrenta a una pena de 22 años de cárcel por dos delitos continuados de abusos sexuales con acceso carnal, uno de ellos sobre persona menor de trece años, según la petición del Ministerio Fiscal. Además cuenta con antecedentes penales, aunque no son computables a efectos de reincidencia.

Los hechos se produjeron en dos periodos de tiempo diferenciados cuando las dos niñas tenían más o menos la misma edad, entre los doce y los catorce años. Los abusos más antiguos con la hermana mayor se remontan al año 2007 cuando la familia vivía en un municipio de la Ribera. Según denunciaría años después la víctima, al destaparse que también abusaba sexualmente de su hermana pequeña, el acusado presuntamente se introducía en su cama por las noches y le realizaba tocamientos en sus pechos y genitales. En varias ocasiones también la violó, de ahí que la pena solicitada por la Fiscalía sea la de abusos sexuales agravados por acceso carnal.

Entre 2014 y junio de 2015 el procesado, huido de la Justicia desde el pasado jueves, sació sus impulsos libidinosos con otra de sus hijas, quien en ese momento contaba con doce y trece años. El modo de actuar con ésta fue muy similar, aunque en este caso no logró consumar la violación.

En junio de 2015, la madre de las víctimas, al descubrir la pesadilla que llevaban padeciendo sus hijas durante años, las acompañó a un cuartel de la Guardia Civil para denunciar los abusos sexuales. Los agentes procedieron a la detención del presunto pederasta acusado de violar a sus propias hijas. No obstante, tras ser puesto a disposición judicial el arrestado quedó en libertad con cargos a la espera de juicio. El Juzgado de Instrucción número dos de Carlet acordó una medida cautelar, que sigue vigente, que le prohíbe acercarse a menos de mil metros de ambas víctimas y comunicarse con ellas.

El pasado jueves tenía que ser juzgado por estos graves hechos, pero tras no presentarse y los intentos infructuosos por localizar al acusado, la Audiencia de València decidió ordenar su detención.