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Tres meses de tormenta para el discurso del año de Puig

Así se hizo el mensaje del debate de política general: de la «biblia» inicial al esquema final

Primero fue la «biblia», que es como en el «ala oeste del Palau» (otra licencia audiovisual) llaman no a los evangelios del Botànic sino al documento de más de 300 folios que un funcionario prepara con un repaso a lo realizado durante la legislatura. Ese texto, que entra en el gabinete del presidente en julio, es el cimiento del discurso del debate de política general, el más importante que pronuncia cada año el jefe del Consell en Corts, al empezar el curso parlamentario.

Ese archivo, junto a las fichas que sobre distintos temas prepara el departamento de Análisis del Palau, dan lugar al primer borrador de lo que luego será el discurso de hora y media de duración. Se trata de una versión beta, continuando con la metáfora audiovisual, en bruto, de las posteriores decenas de versiones hasta la definitiva.

Para hacerse una idea, el lunes pasado, la víspera del último debate de política general, en los ordenadores de los miembros del equipo de Ximo Puig constan tantas versiones casi como horas de sol. La misma jornada del pleno, existe una versión de las 9 de la mañana: Puig se llevó el discurso a casa la noche antes e introdujo algún cambio. Fue el penúltimo borrador antes del discurso que subió a la tribuna.

Evidentemente, las modificaciones en las últimas versiones eran mínimas. El esquema argumental estaba trazado desde días antes. Se puede ver en la imagen adjunta, de puño y letra del director general de Análisis y Política Públicas, Fernando Flores, una de las últimas incorporaciones al gabinete. El profesor no es nuevo en estos trances: fue coordinador del equipo de la exvicepresidenta del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega.

Lo más complicado, explican los asesores del jefe del Consell, es tener la estrategia del discurso. En esta ocasión, la disyuntiva se planteaba entre elaborar un discurso de fin de legislatura o el primero para explicar por qué continuar al frente del Consell. Triunfó la segunda opción. El texto tenía que estar orientado hacia justificar la petición de confianza a la ciudadanía para renovar el Govern del Botànic.

La consecuencia es que de las casi 10.000 palabras del mensaje (9.935), 7.500 han estado dedicadas a la parte propositiva, la oferta de un «nuevo contrato social» con anuncios de medidas y acciones en cartera. La palabra (anuncios), repetida hasta en 38 ocasiones, no deja de ser un reclamo para fijar la atención de periodistas.

En el apartado de los anuncios entran en juego las conselleries. Han de aportar iniciativas en las que trabajan o tienen en mente. No todas entran, han de encajar con la filosofía y ha de comprobarse (dicen los asesores del president) que son viables económicamente. Nada está exento, sin embargo, de disfunciones, como ha pasado con el anuncio de la apertura nocturna de Metrovalencia, matizado después a la baja por Ferrocarrils. Habrá que ver en qué queda.

Al final, de la versión beta sobrevivió al final un 60 %, comenta Borja Sanjuán, uno de los miembros del gabinete del president, que encabeza Arcadi España. Entra también ahí el papel de Puig, que en esta ocasión, como en otras, ha intervenido de manera importante. Para aportar contenido ideológico y político, relevante especialmente en la primera parte del discurso, e introducir una redacción más personal, señalan los asesores.

Además de las sesiones de tormenta de ideas, se realizaron tres lecturas con el propio jefe del Consell en busca de la forma final. «Si el esquema es claro y el mensaje político está interiorizado, que lo estaba, porque el president ha formado parte muy activa de la elaboración, la expresión es más sencilla», apunta Flores.

Para las réplicas, el equipo rastrea redes sociales y comunicados de la oposición para identificar sus temas principales. Sobre eso elabora fichas con datos que Puig tiene a mano en su escaño. No hubo sorpresas, aseguran. Ningún asunto no esperado.

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