No se admiten niños. El requisito se repite en varios anuncios de alquiler de viviendas en València de portales inmobiliarios de internet. Además, figura junto a los otros seres que también suelen tener la entrada prohibida: las mascotas. Así, tras la descripción de la vivienda, la ubicación, el precio y otra exigencias como «no fumadores», un aval o varios meses de fianza, la frase aparece con la misma idea y diferentes redacciones: «no admite mascotas ni niños»; «no se admiten familias con niños ni mascotas»; o «solo mayores sin niños».

De esta forma, los altos precios que se piden por los alquileres (y que van en aumento) no son el único obstáculo con el que se encuentra cualquier familia que busca una vivienda en alquiler. Tener hijos es, ahora, un problema añadido.

Hay propietarios que plasman en el portal de internet los requisitos que exigen a los futuros inquilinos y otros que callan su negativa a admitir menores para preguntar, después, vía telefónica o mientras dura la visita al piso, sí el aspirante tiene o no familia. «El piso nos gustó y somos una pareja joven, así que el propietario nos preguntó si teníamos hijos o si pensábamos tenerlos pronto porque él no quería menores en la casa y quería que este punto quedara claro, aunque luego, en el contrato que hemos firmado, no pone nada de esto», explican Rubén N. y Ana P., vecinos de la ciudad de València.

El temor a que una mascota dañe la vivienda -marcas de uñas en el parquet, orines que dejen el suelo marcado, puertas rascadas...- es el principal motivo por el que se prohíbe la entrada de mascotas a las viviendas en alquiler. Por eso, los propietarios se cuidan muy mucho de especificarlo en el anuncio y en el contrato. Sin embargo, ¿porqué hay dueños que se niegan a que su vivienda esté habitada por una familia con hijos?

Según varios propietarios consultados por este diario, el motivo es que «si existen impagos y hay que desalojar la vivienda... el proceso se demora mucho y es más difícil cuando hay menores dentro. Pueden estropear la casa si pintan las paredes o algo así... pero el principal motivo de especificar que no quiero menores en mi piso es por si no puedo echar a los padres si no me pagan. Y eso es una realidad. Con niños dentro, se complica todo».

Es más, los propietarios aseguran que existe una sentencia del Tribunal Supremo al respecto. Data de hace un año (noviembre de 2017) y aunque hace referencia a «la vulnerabilidad de los niños» insta a los jueces a «garantizar la protección de los niños antes de autorizar el desalojo de la casa en la que vivan los menores». Ahora bien, tener hijos o familia no exime del cumplimiento de las leyes y de los contratos.

Demanda de sobra para «elegir»

Desde el Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de València califican de «barbaridad» los anuncios que explicitan la no aceptación de niños en la vivienda. «Nosotros no tenemos constancia de estos anuncios pero si existen dudo que sea legal y seguro que se trata de transacciones entre particulares porque, al fin y al cabo, son los dueños de la casa y pueden exigir lo que quieran. Y como hay demanda... pues los precios aumentan y los requisitos también porque tienen donde elegir», explican desde API.

«El problema es que un propietario no tiene la obligación de arrendar una vivienda, es decir, que si no le ´gusta´ algo de los aspirantes elige a otros y ya está», aclara el abogado Sergio Carrasco, quien ya se ha topado con varias quejas por estos casos como colaborador de la plataforma de afectados por los alquileres. Otra cosa es explicitar en anuncios que se veta a personas con hijos, unos requisitos que «como mínimo, bordean la legalidad, porque se crea una discriminación no justificada por razones personales del propietario y podría considerarse una cláusula nula si se recoge en el contrato», matiza Carrasco.

Por ello, los anuncios donde se especifica que «no de admiten niños» son los menos. Pero «haberlos haylos». Igual que proliferan los hoteles «adults only».