La reforma de la Constitución para acabar con los aforamientos que ha anunciado el presidente Sánchez vuelve a poner sobre la mesa el melón de la reforma de la Carta Magna aunque sea de forma puntual. La medida será propuesta por el Consejo de Ministros que la estudiará en la reunión del próximo viernes.

El Gobierno valenciano es, de momento, el único ejecutivo autonómico que ha aprobado su propia propuesta de reforma constitucional. Lo hizo en diciembre de 2017 y su intención era tomar la delantera para que su voz se escuchara en el debate abierto en el Congreso sobre la reforma, aunque ahora se ha vuelto a reabrir con el anuncio del presidente.

A grandes rasgos, la reforma del Consell se asienta sobre dos pilares, Estado federal y mayores cotas de autogobierno, con una financiación justa y también en el refuerzo de derechos como el de vivienda accesible, sanidad universal, paridad e igualdad.

La Constitución también debería incorporar, a juicio de la Generalitat, la lucha contra el cambio climático, la hospitalidad hacia los inmigrantes, la universalización de la nuevas tecnologías, los principios de transparencia en la gestión o la justicia universal, además del reconocimiento de la valenciana como autonomía histórica pese a que en 1978 accedió al autogobierno por la vía más lenta o recuperar el derecho foral valenciano.

El Consell también quiere que todas las autonomías tengan voz en la reforma territorial, avanzar hacia la corresponsabilidad fiscal y la autonomía financiera incluso en la línea de que la Comunitat Valenciana pueda recaudar en el futuro todos los impuestos.

Oltra quiere llegar más lejos

Por ello, la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, se mostró ayer partidaria de que se limiten los aforamientos de los cargos públicos, aunque pidió que se aproveche la reforma constitucional para introducir otros cambios, dado el tiempo transcurrido desde la aprobación de la Carta Magna.

Oltra apoya que se limiten los aforamientos y recuerda que hace cinco o seis años defendió en las Corts una iniciativa en ese sentido, pues es una figura que tenía sentido hace un siglo, pero en la actualidad no en la parte relacionada con ser juzgado por el Supremo o por el juez de la demarcación.

"Si vamos a reformar la Constitución, aprovechemos para hacer una reforma un poquito más en profundidad de temas que es necesario introducir, no solo aforamientos", sostiene Oltra, que ve necesario aprovechar para "hacerle un poquito más de chapa y pintura" a la norma básica española.

La vicepresidenta hizo hincapié ayer en que la Constitución española de 1978 tiene ya cuarenta años y necesita más reformas, ya que el mundo ha cambiado mucho y han surgido problemas que entonces no estaban sobre la mesa, como el cambio climático o las nuevas tecnologías. Las reformas constitucionales siempre han sido puntuales en España pero nunca a fondo.