La Universitat de València ya ha tenido que bregar en el pasado con la oposición de la comunidad científica a alguno de sus estudios de postgrado. En febrero de 2016, la universidad retiró su máster en Terapias Complementarias aplicadas a la salud después de que un grupo de profesores y la APETP lo criticaran por incluir formación en tratamientos de relajación o de meditación junto con otros que están catalogados como pseudocientíficos y que provocan un fuerte rechazo como el reiki, la kinesiología o el diagnóstico a través del iris o iridología. En aquella ocasión se argumentó que no había suficientes demanda.