La familia de Mariano Vicente Vicente, el esclavo del franquismo enterrado en la clandestinidad en una fosa común del Cementerio General de València en la Nochebuena de 1941, contará con el apoyo del Gobierno y del Ayuntamiento de València a la hora exhumar los restos. Así se lo transmitieron ayer a la sobrina nieta de esta víctima de la dictadura, Asun Vicente, el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Fulgencio, y el alcalde de València, Joan Ribó.

«Mientras tengamos a desaparecidos, víctimas en las cunetas y fosas comunes, no seremos capaces de convivir con normalidad democrática», le dijo Fulgencio a Asun Vicente en la reunión que mantuvieron en la mañana de ayer en València. Por la tarde la familia del desaparecido visitó a Ribó, quien también les ofreció el apoyo del consistorio. Una colaboración que la familia agradece ya que el cementerio es propiedad municipal.

Mariano Vicente Vicente, vecino de Val de San García (Guadalajara) que tras la Guerra Civil fue detenido y condenado a seis años y un día de prisión, desapareció en agosto de 1941 tras casi un año como esclavo del franquismo en los campamentos de penados habilitados por Regiones Devastadas para la reconstrucción de los municipios de Belchite y Quinto de Ebro. Fue trasladado de este último campo de trabajos forzosos de Zaragoza a la cárcel Modelo de Valencia y de ahí, vía Comisaría, ingresado en el Hospital General, donde tras 164 días hospitalizado falleció a las tres de la mañana del 20 de diciembre de 1941 por extrema debilidad.

Una «trama» de desapariciones

El Grupo por la Recuperación de la Memoria que dirige Matías Alonso, que ha apoyado a la familia en la búsqueda de la fosa, cree que el caso de Mariano forma parte de una «trama» de desapariciones para enmascarar las muertes por agotamiento en los campos de trabajo. Cuando los presos ya no daban más de sí, se les tramitaba de urgencia la libertad condicional y se les desterraba lejos de su casa a ciudades donde, solos y totalmente exhaustos, fallecían de hambre, pasando su muerte como la de un indigente más de la larga posguerra.