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Renuncia

Orengo se va de la Generalitat antes de la campaña

El coordinador de asesores de Puig abandona el Palau y la política el 25, tras la inauguración de Miró

José Manuel Orengo se despide. El día 25 cuelga las botas de la política para buscar nuevos horizontes profesionales al margen de la actividad pública. Quizá al ciudadano corriente el apellido Orengo no le diga nada, pero en la vida política valenciana no hay quien lo desconozca. Pieza clave en el devenir del PSPV

Exalcalde de Gandia (2003-2011), exnúmero tres del PSPV, figura fundamental en el equipo de campaña que llevó en 2015 a Ximo Puig a la presidencia de la Generalitat, negociador del Pacte del Botànic y exjefe de gabinete del presidente de la Diputación de València, su actividad actual era la de asesor de Puig: coordinador de asesores, aunque sus funciones no eran exactamente tales.

Se va para cambiar de aires, explica a este diario. Para probar una nueva vida fuera de la política. No tiene ningún proyecto definido y claro a partir del día 26, dice, aunque sí algunas posibilidades en previsión. De momento, se da un tiempo de desconexión. Se va antes de la campaña de las próximas elecciones autonómicas, no quiere repetir de ese plato. Se va cansado de la política.

«No quiero continuar en el circo. Quiero volver a ser mejor persona y tengo ganas de hacer algo diferente. Hay crisis de representatividad. La política desprecia a la propia política. Ya he aprendido todo y es el momento en que puedo hacerlo», señala.

Orengo no ocupa cargos orgánicos en el PSPV desde el último congreso, que marcó una retirada de la primera línea del llamado clan de Gandia: básicamente, Orengo, y el hasta entonces secretario de Organización, Alfred Boix.

La legislatura del cambio ha sido compleja para Orengo. Empezó como jefe de gabinete del entonces presidente de la diputación, Jorge Rodríguez. Seis meses después separaban sus caminos y el joven alcalde de Ontinyent volaba solo. Los dos han tenido problemas después.

El futuro político de Rodríguez está hoy en el aire: en junio tuvo que dimitir de la corporación provincial al ser detenido en la operación Alqueria, un caso en torno a Divalterra (la vieja Imelsa).

Orengo, por su parte, tuvo que renunciar en 2017 a su proyecto más mimado: Cical, una entidad de investigación que pretendía servir de foco de asesoramiento para ayuntamientos y que contaba con el Consell como una de sus fuentes de financiación. Fue recibida como «chiringuito» y el proyecto quedó abortado.

Orengo fue recuperado en julio de ese año por Puig en Presidencia. Una muestra de confianza en el exalcalde, que volvió a ver su nombre enredado en la polémica en la investigación por presunta financiación irregular del PSPV, que tiene una de sus patas en Gandia.

Se va el 25, día de la inauguración oficial de la exposición de Antoni Miró en la Marina de València, el último proyecto en el que ha colaborado. Y no está libre de polémica, tampoco. Se va «agradecido, ilusionado y sin nostalgia», dice. «Volveré a los 70», zanja con ironía.

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