Realismo y simplificación. Son las palabras más repetidas en una conversación con Toni Gaspar sobre sus planes en la Diputación de València.

La hoja de ruta no puede alterarse, es la pactada en 2015 con Compromís, EU y València en Comú (Podemos), pero Jorge Rodríguez no es Gaspar. La pátina ha de ser distinta. Otros factores de peso son el escaso margen de legislatura (apenas ocho meses) y la forma de la salida de Rodríguez del Palau de Batlia: tras ser detenido e investigado en un caso en torno a las contrataciones de altos directivos en Divalterra (Imelsa).

Realismo y simplificación significan extirpar toda tentación de virreinato, de núcleo de poder que compite con el palacio de enfrente (el de la Generalitat, al otro lado de la plaza de Manises de València). En la práctica, supone que Gaspar ha dejado ya de firmar saludos en los libros de fiestas municipales. Menos boato, en fin, y una concepción de la diputación como institución instrumental, para distribuir dinero a los ayuntamientos.

Simplificar significa así «decir no», afirma el alcalde de Faura. No a propuestas de acontecimientos de distinto tipo y a otras pretensiones de alcaldes. Asegura Gaspar que los convenios singulares, aquellos que se aprueban directamente entre la corporación y un alcalde para un objetivo concreto, van a ser cero.

Con Rodríguez se redujeron hasta la mínima expresión, pero se reservó un pico para posibles situaciones extraordinarias. La intención ahora es que queden en cero euros, dice.

El presidente de la diputación, que tomó posesión del cargo en julio pasado, ha dado orden además a los departamentos gobernados por su partido (el PSPV) a reducir las convocatorias de ayudas. «No puede haber cuarenta», asegura.

El fin es dejar toda la estructura de reparto de fondos a los ayuntamientos sobre dos grandes pilares: el Fondo de Cooperación, pagado a medias con la Generalitat, y el SOM (plan de servicios y obras municipales). El objetivo es que den «ejemplo» al resto de áreas, autónomas.

El plan de adelgazamiento de la Diputación de València coincide con el debate político sobre el vaciado de las instituciones provinciales, encabezado por Podemos y Compromís. Gaspar desliga su estrategia de ese escenario, sostiene que es la extensión de lo que hizo cuando era el responsable de Hacienda.

«Podemos habla en las Corts de simplificar y la realidad que practica es otra", sostiene. Se refiere a que en la diputación ha creado una estructura de tres millones de euros para transparencia, agrega.

Gaspar lamenta asimismo que no se hayan producido traspasos de competencias a la Generalitat. Cita el Hospital General de València, el Psiquiátrico o las escuelas de adultos. Reclama realismo y sentido común a la hora de abordar estos asuntos públicamente, porque se trata de situaciones muy complejas, que implican problemas de personal, porque sueldos y condiciones en ambas administraciones difieren. «Que no se engañe», aconseja antes de recordar que la eliminación de las diputaciones ha de realizarse vía reforma constitucional. «Mientras tanto, hechos». En esa tarea afirma que está él.