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Sanidad

La espera para la misma prueba sanitaria oscila entre 5 días y 8 meses según el lugar de residencia

Una comparativa de los tiempos de espera de diversas pruebas diagnósticas entre los hospitales valencianos dibuja un mapa de falta de equidad en el acceso sanitario

Todos deberíamos ser iguales a ojos de la sanidad pública pero lo cierto es que no lo somos. Las desigualdades geográficas son una realidad que la Conselleria de Sanidad aún no ha logrado eliminar: la veintena de hospitales valencianos no funcionan igual y, por lo tanto, no pueden ofrecer una atención equitativa. Esta inequidad en el acceso a la sanidad queda patente en el mapa que dibujan los tiempos de espera para diversas pruebas diagnósticas. La conclusión es clara: la prueba se hará antes o después dependiendo de dónde se viva.

La horquilla, además, es amplia. Según los datos aportados por la propia Conselleria de Sanidad en respuesta a una pregunta parlamentaria del Partido Popular, para someterse a una ecografía abdominal esperaremos de media unos cinco días si dependemos del área de salud de La Fe o hasta 240 días (unos ocho meses) si la ecografía nos la han indicado en el Hospital de Vinaròs. Los tiempos de espera son, en principio, para pruebas que no son preferentes ni urgentes ya que, en estos casos, los tiempos suelen reducirse y reflejan además datos recogidos en septiembre de 2017 cuando se cursó la pregunta ya que, por ahora, no existe un sistema centralizado de control de la demora como sí lo hay para la de la lista de espera quirúrgica.

Así, se solicitaron los tiempos de espera media y máxima en todos los departamentos de salud de cinco pruebas diagnósticas que engloban a diferentes especialidades: ecografía de corazón, ecografía abdominal, electroencefalografía, electromiografía y la prueba nocturna para determinar si hay apnea u otros trastornos del sueño.

Viendo las tablas se llega a la conclusión de que, realmente, las comparaciones son odiosas. Pocos centros salen bien parados en esta competición de días o meses para solventar un paso necesario, por ejemplo, para realizar un diagnóstico certero, pautar un tratamiento o entrar en otra lista de espera, esta vez la quirúrgica.

Los 240 días de espera para hacerse una ecografía abdominal en Vinaròs no son la norma aunque sí hay otros departamentos con listas abultadas en esta área: 216 días de espera en Alcoi si la prueba no corre prisa, seis meses hay que esperar de media en Vila-real, cuatro meses en el Clínico de València; más de tres meses en Gandia o tres justos en Xàtiva. El resto de centros se mueven entre el mes o los dos meses.

Hay otras pruebas que sorprenden, sin embargo, por superar de media esos ocho meses de espera y la mayoría se concentra, por ejemplo, en la revisión nocturna para conocer si se padece algún trastorno o apnea del sueño, la polisomnografía. Partiendo de que algunos centros no realizan esta prueba, la lista de espera en otros es realmente descorazonadora: en el hospital de Sant Joan de Alicante hay que esperar de media más de 365 días, todo un año; 257 días de espera reportan en el Hospital General de Castelló y otros ocho meses en el hospital de Xàtiva.

De La Fe al Clínico

No hace falta hacer una comparativa de toda la Comunitat Valenciana para detectar diferencias de difícil justificación. Dentro de la propia ciudad de València, el barrio o el municipio de procedencia condicionan y mucho las esperas medias. Según los datos recogidos por Sanidad, el hospital de referencia autonómico lo es también en eficiencia a la hora de gestionar las pruebas diagnósticas: ninguna llega al mes a excepción de la electromiografía con 77 días de espera media.

Frente a estos datos se posicionan las cifras de centros como las del Clínico: cuatro y cinco meses de espera media para las ecografías y la prueba de la apnea y entre dos y tres meses para la electromiografía. Solo hay buenos registros comparativos en la electroencefalografía. En el Hospital Doctor Peset, no hay datos para la ecocardiografía pero sí para la ecografía abdominal: dos meses de espera y casi medio año para la prueba del sueño o una electromiografía.

Los datos se disparan, eso sí, en todas las áreas cuando se habla de demora máxima: el tiempo máximo que alguien ha tenido que esperar para hacerse una prueba y que, en ocasiones y así lo apuntan desde la gerencia de alguno de los centros, se debe a problemas de codificación de las pruebas o en fechas determinadas.

Acceso a las pruebas

Los datos ofrecen los días de espera media desde que se pauta una determinada prueba diagnóstica hasta que se obtiene una cita pero tampoco está incluido el tiempo previo en el que el paciente ha tenido que esperar para asistir a la consulta del especialista ya que en la mayoría de estas pruebas son los especialistas y no los médicos de Atención Primaria los que tienen la potestad de pedirlas. Este es uno de los caballos de batalla de los médicos de familia que llevan tiempo demandando más recursos y más libertad para realizar algunas técnicas diagnósticas que ayudarían a liberar el sistema al evitar el traslado del paciente a la consulta del especialista. De hecho, se está intentando reforzar la Atención Primaria con ecógrafos para que los profesionales que son el primer contacto de los pacientes puedan resolver algunas pruebas.

Si difícil es la entrada en la lista, su falta de resolución rápida supone también un problema añadido para el sistema sanitario: la saturación de las Urgencias. Cuando los tiempos de espera superan lo que el paciente considera como «asumible» es más probable que ante un problema puntual se acuda directamente a los servicios de Urgencias, con una alta ocupación de por sí, sin esperar a esa cita que hay pendiente para dentro de ocho meses.

Sin sistema centralizado

De la respuesta dada al Partido Popular también se desprende que la Conselleria de Sanidad todavía no dispone de un sistema centralizado para gestionar las demoras en las pruebas diagnósticas y gracias al que se pueda analizar y, por tanto, controlar las diferencias geográficas al comparar los 24 departamentos de salud.

Así, desde la Conselleria de Sanidad -que todavía tenía al frente a Carmen Montón- advierte que está trabajando en el desarrollo de un nuevo sistema de información para gestionar las demoras en técnicas exploratorias. Hace ahora casi un año, este se encontraba en «una fase de desarrollo inicial» que hacía «imposible» obtener los datos directamente por lo que estos se tuvieron que solicitar directamente a cada uno de los departamentos lo que tampoco asegura la uniformidad en los parámetros de recogida o en su tratamiento.

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