Un estudio de la Universitat de València ha definido el perfil neuropsicológico de maltratadores consumidores de alcohol de forma continuada, que presentan, entre otros rasgos, mayores dificultades para empatizar y reconocer las emociones faciales en el rostro de su pareja.

También adolecen de una mayor rigidez mental, un déficit de planificación y capacidad de inhibición mayor y una capacidad de atención deficiente, según informa la Universitat en un comunicado.

La investigación tiene por objetivo la creación de una evaluación más completa y precisa sobre la probabilidad de reincidencia, importante cuando se tiene que tomar una decisión rápida en las horas posteriores al momento en que los agresores pasan a disposición judicial.

Además, estos resultados pueden ayudar a prevenir la violencia machista ya que, gracias al análisis de las funciones ejecutivas y la impulsividad, sería más fácil detectar a individuos con mayor probabilidad de cometer este tipo de crímenes, según el estudio de un equipo de Psicología y Neurociencia de la universidad.

Para la doctoranda Sara Vitoria, autora del estudio junto a los profesores Ángel Romero, Marisol Lila y Luis Moya Albiol y publicado en la revista Alcohol, los resultados obtenidos son fundamentales para elaborar programas de intervención adaptados a estas particularidades, lo que supondría una mejora en su eficacia.

Vitoria ha apuntado la importancia de la necesidad de realizar intervenciones en las que se considere el perfil neuropsicológico de los agresores, que presentan un mayor número de deficiencias en las funciones ejecutivas.

Para realizar la investigación, se ha comparado tres grupos de hombres: dos de ellos condenados por violencia machista, uno con alto y otro con bajo consumo de alcohol y un tercero formado por hombres sin antecedentes penales.

Actualmente son pocos los estudios que han analizado las características neuropsicológicas de los hombres penados por violencia machista, y, menos todavía, aquellos que profundizan en el rol del alcohol.

En el estudio han participado voluntariamente 100 hombres que realizaron tres sesiones consecutivas en la Facultat de Psicología de la Universitat de València que constaron de varias entrevistas por parte de especialistas, en las que se determinó que su perfil era el óptimo para las pruebas neuropsicológicas.

Algunas de las condiciones fueron la condena por violencia machista con una pena de prisión menor a dos años de cárcel y sin antecedentes penales y no tener diagnosticada ninguna enfermedad mental.