El seguro del coche, el de la casa... Y el de «los muertos». La preocupación por dejarlo todo bien atado, y que la familia no deba hacerse cargo de los gastos en un momento tan delicado como es un fallecimiento, sigue estando muy presente en la mentalidad de gran parte de los ciudadanos. Tanto que el popular seguro de decesos se mantiene como una de las pólizas más contratadas por las familias de la Comunidad Valenciana, tan sólo por detrás del ya citado seguro obligatorio del automóvil o el que cubre los posibles accidentes que ocurran en el hogar.
Así lo recoge el Informe Estamos Seguros 2017 que elabora anualmente la patronal de las aseguradoras, Unespa, y que cifra en un 47,6% los hogares de la autonomía que cuentan con esta cobertura. Un volumen que contrasta, por ejemplo, con el escaso 15,6% de los que cuentan con una póliza sanitaria privada, o con el 2% que tiene algún tipo de previsión frente a posibles responsabilidades civiles.
No se trata de una situación exclusiva de la Comunidad. En el conjunto de España el porcentaje de familias que tiene pagado el entierro de sus miembros alcanza el 49,9%, eso sí, con importantes diferencias entre autonomías. Las mayores cifras se dan en Extremadura, donde hasta un 71,4% de los hogares cuenta con este seguro, seguido por Andalucía, con un 66,9%; y Murcia, con el 63,1%. Mientras, las menores coberturas se registran en Aragón, con un 30,6%; Melilla (34,8%); La Rioja (36,5%) y Baleares (37,5%).
«Es una cuestión cultural, que forma parte del proceso de socialización. Algo que se hereda de padres a hijos, casi literalmente», apunta el profesor del Departamento de Sociología I de la Facultad de Económicas de la UA Liberto Carratalá, quien recuerda que suele ser muy común que los padres paguen la póliza de los hijos hasta que se casan, cuando éstos pasan a asumir la mensualidad y se la pagan a sus propios descendientes. Es decir, que forma parte de los ritos de maduración que supone para un adulto el ir asumiendo cada vez más responsabilidades.
«Es una costumbre muy arraigada», reconoce también el presidente del Colegio de Mediadores de Seguros de Alicante, Eusebio Climent, quien recuerda que no hace tantos años los agentes de las compañías iban puerta a puerta para cobrar la cuota todos los meses. «Yo estoy convencido de que hay mucha gente que ni siquiera sabe que está cubierta. Tenemos clientes que han ido incluyendo a la nuera o al yerno a medida que los hijos se casaban, y que tienen en la póliza hasta a sus nietos», señala Climent.
De 3.500 a 6.000 € por entierro
Como recuerda el presidente de los mediadores alicantinos, aunque la mayoría de economías domésticas puede sufragar en la actualidad el coste de un sepelio, lo cierto es que no deja de ser un gasto considerable. De media oscila entre los 3.500 y los 6.000 euros, por lo que muchos ven más asequible pagar los entre 75 y 80 euros anuales que puede costar la póliza a una persona de unos 40 años de edad.
Justo lo contrario de lo que ocurre con los seguros sanitarios, donde el precio se encuentra entre los principales obstáculos para una mayor implantación, además de la falta de tradición. Y es que para una familia de cuatro miembros la póliza mensual puede superar fácilmente los 200 euros, lo que significa más de 2.400 euros mensuales, una cantidad muy considerable. Además, «hay que tener en cuenta que las pólizas de salud son lo que en el sector se conoce como un seguro de doble pago, ya que con los impuestos ya se mantienen las prestaciones de la Seguridad Social», apuntan desde Unespa, donde, no obstante, señalan que la tendencia de los últimos años, una vez superada la crisis, es «claramente al alza».
En este caso llama la atención que la penetración de los seguros de salud en la Comunidad Valenciana -del 15,19%- es mucho más baja que en el conjunto del país, donde alcanza al 27,7% de la población, con picos que llegan hasta el 46%, en el caso de Madrid; o al 39,7%, en Cataluña.
Unas diferencias que, además del nivel de renta, también tienen mucho que ver con la estructura empresarial de que cada zona, ya que en las grandes empresas suele ser más frecuente que se incluyan pólizas de salud como parte de los beneficios sociales de sus trabajadores, y estas grandes compañías en España se concentran en estas dos comunidades, como recuerda Eusebio Climent. Igualmente, la presencia de un mayor porcentaje de funcionarios, -que pueden elegir entre la Seguridad Social y la sanidad privada- también influye en los datos de cada zona.
Con niños, mejor asegurados
También varían mucho el porcentaje de contratación de las pólizas de salud en función de la situación familiar. Así, el estudio de Unespa señala que la penetración de los seguros sanitarios es más elevada -llega al 37% a nivel nacional- en las familias con hijos menores, mientras se reduce drásticamente en el caso de los solteros menores de 30 años.
En total, la contratación de seguros representa el 4,4% de los presupuestos de las familias de la Comunidad, lo que supone una cifra 1.148 euros anuales. El más extendido es el de automóvil, que poseen el 82,1% de los hogares de la autonomía, dado que es obligatorio para todos los que tienen un vehículo; y en segundo lugar se sitúan las pólizas de hogar, muchas ligadas a hipotecas. En la Comunidad, la contratación de coberturas para la asistencia de viajes o por responsabilidad civil son testimoniales, frente al 12,4% y el 13,8% que alcanzan estas coberturas en el conjunto del país.