Francisco Camps convocó a la prensa ayer en València, dos horas después de difundirse el auto de la Audiencia Nacional, para asegurar que «nada tiene que ver» en las adjudicaciones bajo sospecha.

Más en concreto, negó haber dado instrucciones a Dora Ibars, la exdirectora de Promoción Institucional de la Generalitat. Todos los cargos autonómicos actuaron «bajo el imperio de la ley», dijo. Recordó además que él nunca fue citado como testigo en esta pieza por ninguna de las partes; ni por la Fiscalía, ni por el PSOE, «ni por nadie». Y defendió que el auto de la Audiencia Nacional no le involucra directamente a él, sino que «por ahora solo dice que se vea de quién recibieron las indicaciones» para contratar a Orange Market.

El expresidente del PPCV recordó que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJ) le apartó de la pieza en cuestión y decidió no investigarle, por lo que ahora no entiende por qué otro tribunal busca «puertas traseras». «Estoy seguro de que el derecho español impide que esto pase».

«Soy el hombre más investigado y perseguido de España», lamentó, para añadir que «nadie ha encontrado nada porque nunca nada ocurrió».

El expresidente, que aseguró que se enteró de la noticia por la prensa, cree que su implicación es política. «Cuando se barrunta temporal a la izquierda, siempre me afecta a mí», dijo en referencia a las grabaciones de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, con el excomisario de Policía José Manuel Villarejo. Al oírlas pensó que algo le iba a «caer» como sucede «desde hace nueve años», señaló.

«Espero no ser imputado; si no, iré a decir que nunca indiqué nada a nadie», añadió. Asimismo, recordó a Ximo Puig que el PSPV le debe las costas por el recurso al Supremo tras su absolución en la causa de los trajes. No se fue sin criticar la, en su opinión, poca contundencia a la hora de exigir transparencia a Pedro Sánchez por su tesis doctoral.