Casi siete de cada diez niños valencianos menores de 15 años no come a diario ni verduras ni hortalizas; un 35% no come fruta todos los días y casi la mitad consumen «snacks» varias veces por semana. Es la realidad de malos hábitos de alimentación que las consellerias de Sanidad y de Educación quieren atajar gracias, entre otras actuaciones, a la nueva guía para los menús escolares que hoy han presentado los titulares de ambas carteras: Ana Barceló y Vicent Marzà.

La administración actualiza así un documento de hace once años que se había quedado obsoleto con respecto a las recomendaciones de raciones mínimas y consumos adecuados que marca, por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud o el propio Ministerio de Sanidad a través de la Estrategia NAOS.

La guía, según han explicado Barceló y Marzá, marca unas recomendaciones básicas adaptadas por edad desde los 3 a los 16 años además con ejemplos de menús de diez días ya que las necesidades diarias de energía dependen «del ejercicio físico», de la edad o del sexo.

La mitad del menú con verduras, hortalizas y frutas

Eso sí, las propuestas de menús escolares tienen ya en cuenta las recomendaciones internacionales, incluido el modelo propuesto por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard y que marca que la mitad del menú escolar debe estar conformado por verduras, hortalizas y frutas y, el otro 50 % debería estar integrado a parte iguales por cereales integrales (pasta, arroz y pan) y por proteínas (legumbres, pescado y aves).

Siguiendo también las últimas recomendaciones de la OMS, los menús escolares limitarán las carnes rojas y se evitarán las carnes procesadas como beicon y embutidos.

El objetivo es que tanto las empresas de catering como los colegios que cocinan ya su propia comida las apliquen para ayudar a inculcar unos hábitos saludables de alimentación en los niños y tratar de contener las cifras de sobrepeso y obesidad en la población infantil: «En España el 23 % de los niños tienen sobrepeso y el 18 % obesidad», apuntó la consellera que aseguró que comiendo bien en los comedores escolares se les ayudaba también « a conservar unos hábitos en la edad adulta».

La guía incluye también avances normativos como la obligación de que los comedores de colectividades incluyan el 40 % de verduras y hortalizas de proximidad y hasta el 3 % de productos ecológicos en los menús que se ofertan.

Aprendizaje «inverso»

Para Marzá la nueva guía era una oportunidad de hacer también un «aprendizaje inverso» y que las familias tuvieran también un referente para implantar una dieta saludable en casa ya que, pese a que el 41 % de la población infantil valenciana ya realizaba su comida de mediodía en comedores, esto solo significaba el «10 u 11 % del total de comidas en familia de todo el año, por lo que esto podría ayudar también a las familias a adoptar medidas en casa».