Nueva crisis a la vista en el Consell del Botànic y en esta ocasión con algo tan delicado como la nueva radiotelevisión valenciana. El departamento de Hacienda, que dirige Vicent Soler, tiene ya encima de la mesa el anteproyecto de los presupuestos para 2019 de À Punt, pero también la directriz directa del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, de no autorizar «un euro más» a lo que en su día quedó comprometido en el contrato programa: 55 millones de euros.

Las cuentas de la radiotelevisión pública valenciana, aprobadas hace una semana por el Consell Rector de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicación (CVMC) con el único voto en contra del representante del PP, ascienden a 69 millones de euros, lo implica un incremento superior al 20 % que Presidencia no está dispuesta a aceptar. Lo dijo públicamente hace unos días el presidente Ximo Puig y así se lo ha trasladado al departamento de Hacienda, que hereda una auténtica patata caliente.

En primer lugar, Compromís, socio de gobierno, no ha fijado todavía su postura y podría perfectamente apretar para que la tele vea incrementado su presupuesto. De otro lado, las cuentas de À Punt, como del resto del sector público, deben ir a las Corts, donde los votos de Podemos, socio externo del Consell, son fundamentales. Este grupo parlamentario, que lideró la iniciativa para la reapertura del servicio público de radiotelevisión, apoya, en principio, la propuesta de incremento presupuestario.

La división en el tripartito ya se ha visto estos días respecto a qué hacer con la exigencia legal introducida recientemente para que el gasto en personal en la televisión suponga como máximo el tercio del presupuesto. Este tope es la columna vertebral de un presupuesto que crece condicionado por la partida de personal. Así, el Consejo Rector aprobó unas cuentas de casi 70 millones, de los cuales 23 millones son para pagar a las 454 personas que en la actualidad trabajan, bien para la Corporación, bien para la SA de Mitjans de Comunicació (tele y radio).

La firme decisión de Puig de no permitir el incremento presupuesto aboca a una situación complicada a la hora de abordar el ajuste. Si el gasto en personal no se toca, el tijeretazo deberá centrarse en el resto de capítulos, principalmente en producción e inversiones, pero necesariamente las Corts deberán rectificar y modificar de nuevo la ley para da una moratoria a la limitación del gasto en personal.

Presupuestos de Apunt

Infogram

La otra opción es la rescisión de contratos ya formalizados, una vía que algunas fuentes de la Generalitat no descartaban ya que la plantilla de À Punt no es fija (no ha pasado todavía un proceso de oposición) y existen contrataciones temporal por de obra y servicio. El PSPV, no obstante, es consciente del desgaste de una medida que, además, difícilmente tendría el respaldo de Compromís.

El problema, además de complejo, genera preocupación en el Palau, donde hay dudas de que el modelo de la nueva televisión sea el adecuado.

Los datos que internamente se manejan de la audiencia de À Punt en su primer trimestre no llaman precisamente al optimismo. Aunque oficialmente los primeros datos se darán a conocer la semana próxima, a nivel interno se baraja que el share no será muy superior al 1%. El grupo popular dio la cifra del 1,3% en la comparecencia de la directora de À Punt, Empar Marco, una cifra que ella no cuestionó.

Comparación de audiencias

Aunque la televisión valenciana acaba de arrancar, la comparación con otras televisiones «de nueva generación», como la de Aragón, Murcia o Baleares, es desalentadora. Así, con datos de septiembre, À Punt no habría logrado ni la mitad de la audiencia que tiene registrada Murcia (3,7%) o Baleares (3,5%).

De este grupo de televisiones autonómicas, À Punt, además, es la que mayor presupuesto baraja. La mayor dotación la tiene el canal autonómico de Aragón, con una cuota de audiencia de 8,5% y un presupuesto de 47 millones. En el grupo de las televisiones tradicionales, destaca la televisión catalana, con 134 millones de euros de presupuesto y un 17,9% de share.

Los datos de audiencia podrían jugar en contra de las pretensiones del Consejo Rector de contar con un presupuesto que crece un 25 % respecto a 2018.

Es un argumento en su contra si se atiende a las voces que opinan que la audiencia con la que arranca una televisión en los primeros meses es fundamental y difícil de cambiar en un futuro a no ser de que se produzca un cambio radical en el modelo.

No obstante, otras voces mantienen que aún es pronto para llegar a una conclusión sobre el tirón y el enganche de la nueva televisión.