La Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional juzgará esta semana a Rafael Cifre, expresidente de una escuela coral del área metropolitana de València, por presuntos abusos sexuales a un niño del coro durante un viaje a Austria. La Fiscalía reclama 10 años de prisión, mientras que la acusación particular, en representación del menor, eleva su petición hasta los 12 años.

Según el relato de los hechos en los escritos de acusación, Cifre, de 55 años, se desplazó a Viena en agosto de 2016 junto a otros adultos miembros de la escuela y los componentes del coro, formado por 47 menores de entre 12 y 17 años.

El grupo se alojó en un albergue de la ciudad y el acusado dormía en una de las habitaciones con cinco niños. Una noche, la víctima, G.V.R., que entonces tenía 12 años, sufría terrores nocturnos y se trasladó a la cama ocupada por Cifre, momento en que éste le hizo tocamientos y le obligó también a corresponderle.

La noche siguiente, en otro albergue en la localidad austríaca de Wells, el acusado, que compartía cama con la víctima y otro niño, llevó a cabo los mismos movimientos, lo que provocó que G.V.R. se despertase y comenzase a gritar para que se detuviera.

Situación de superioridad

La Fiscalía considera que estos hechos son constitutivos de dos delitos de abuso sexual con prevalimiento --superioridad-- por los que pide 10 años de prisión para el acusado, cinco por cada uno de los delitos, siete de libertad vigilada, inhabilitación para trabajar con niños al menos cinco años más del tiempo que dure la condena e indemnizar a la víctima con 6.000 euros. La acusación particular solicita 12 años de cárcel por los dos delitos, seis años por cada uno de ellos.

La denuncia de G.V.R., de agosto de 2016, recayó en el Juzgado de Instrucción número 6 de Valencia, cuyo titular dejó entonces en libertad provisional a Cifre con la prohibición de acercarse a la víctima. Después, el juez se inhibió en favor de la Audiencia Nacional por ser el órgano judicial competente al tratarse de hechos supuestamente cometidos por un español en territorio extranjero.

La de G.V.R. --que declarará en el juicio como testigo-- no fue la única denuncia dirigida contra Rafael Cifre. Meses después de la suya, la Policía Nacional recibió al menos media docena más, todas de personas mayores de edad que habrían sufrido los mismos abusos en su paso por la escuela coral cuando eran niños.

Se saltó la orden de alejamiento

El abogado de la víctima recuerda esto mismo en su escrito de acusación, afirmando que "existen múltiples denuncias por personas que han sufrido abusos por el acusado" y que el 'modus operandi' de Cifre fue "idéntico" en todos los casos, ya que "al principio se ganaba la confianza de los menores" al ser el presidente del coro, "y luego aprovechaba los viajes para poder llevar a cabo los abusos".

Además, aporta una copia de la sentencia dictada por un juzgado que condenó al acusado por quebrantamiento de condena al haberse acercado, algo más de un año después de los hechos, al centro donde la víctima asiste a clases de coro.

Julio Merelo, abogado de la víctima, ha explicado a Europa Press que ha solicitado la declaración en el juicio de compañeros de coro de G.V.R., asi como de monitores que les acompañaron en el viaje a Austria.

Además, el letrado quiere que comparezcan, también como testigos, los jóvenes que denunciaron a Cifre después de G.V.R.

Según Merelo, algunos de estos casos ya habrían prescrito, pero ha subrayado que al menos dos se están investigando en juzgados de Valencia.