Algemesí acogió ayer el VII Congreso Autonómico de Alzheimer, que reunió a 300 participantes. La cita sirvió, entre otras cuestiones, para poner de manifiesto que la enfermedad neurodegenerativa será cada vez más común en el futuro, que la sociedad no está preparada para ella (ni siquiera el sistema sanitario) y que, sobre todo, se necesita mucha más investigación para conocerla mejor y, por tanto, poder combatirla.

El presidente de la Federación Valenciana de Asociaciones de Familiares de personas con Alzheimer (Fevafa), Emili Marmaneu, reivindicó durante la apertura la creación del plan estatal que conlleve aparejado un censo, la necesidad del diagnóstico precoz «y no tardar dos o tres años como en la actualidad, vitales para el avance de la enfermedad», así como el impulso de la investigación médica y social, ya que el alzhéimer «es un problema socio sanitario». Así hizo referencia a que el coste total de una persona con esta dolencia supera los 31.000 euros.

Los distintos ponentes coincidieron en que, a medida que la esperanza de vida de la ciudadanía aumenta, el número de casos será más elevado. Con todo, hay que ser cautos, pues prediciones similares erraron en el pasado. Así lo manifestó Miquel Baquero, neurólogo del Hospital La Fe: «Las predicciones que se hicieron hace veinte o treinta años sobre las personas con demencia que tendríamos en esta época se sobrestimaron. Las personas nos cuidamos más, nuestro organismo funciona mejor. Aunque parezca que el alzhéimer es una enfermedad propia del cerebro, la persona es solo una y si funciona todo bien, el cerebro funciona mejor. Aún así, supone más del 1 % de la población, que no es ninguna broma».

Baquero explicó que el alzhéimer surge como consecuencia del depósito de sustancias anormales en el cerebro. Su ponencia se centró en los nuevos tratamientos, «que intentarán que no ocurran esos depósitos o incluso quitarlos después de que se produzcan». Asimismo, destacó que en los hospitales de la Magdalena, el Clínico de València, el Dr. Peset, La Fe, el de Elx, el General de Alicante y el de Sant Vicent del Raspeig existen «proyectos de investigación clínica con fármacos».

Al no existir, por tanto, cura, la cruda realidad es la de que los afectades están obligados a padecer sus terribles consecuencias. Y deben hacerlo en una sociedad y un sistema que no está preparado para ello. «En las facultades se enseña a curar, pero no a cuidar», afirmó Isabel González, directora del Hospital de la Ribera, durante su turno de palabra, a lo que añadió: «Existe un desfase entre las necesidades de la sociedad y la Administración. En la actualidad, más del 70 % del gasto sanitario va para enfermedades crónicas. Hay que tener claro que muchas enfermedades que antes eran mortales ahora son crónicas. Por eso tenemos que ver cómo bordamos la atención a estos pacientes. Una cosa es curar y otra cosa es cuidar. El sistema sanitario no está preparado para ello, por eso hay que hablar de sistemas sociosanitarios».

González incidió, además, en la necesidad de mantener una estrecha relación con las asociaciones de familiares que existen en todo el territorio, porque son los que más cerca están de la enfermedad y, por tanto, de las necesidades. Mientras no exista una cura y el sistema intenta adaptarse a la realidad, por tanto, quedó bastante claro que lo más importante es centrar esfuerzos en la investigación. En ese aspecto juega un papel crucial el Banco de Cerebros del Biobanco de La Fe, tal como explicó su neuropatólogo, Jaime Ferrer: «La medicina no puede avanzar si no tiene los datos de todos los campos. En el caso del alzhéimer, todos los secretos se encuentran en el cerebro».