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Medio Ambiente

Una segunda vida para los residuos de pino

El Grup d'Acció Local Rural Muntanya participa en un innovador proyecto para transformar en biomasa los desechos de árboles

Transformar los residuos madereros del pino carrasco en biomasa y reducir el riesgo de incendios forestales. Con esos dos objetivos, un grupo de asociaciones han unido esfuerzos para trabajar de forma conjunta en la creación de un proyecto innovador que proporcione una salida medioambiental a los desechos que se generan al realizar talas en los bosques de este tipo de ejemplares arbóreos.

Seis entidades de la Comunitat Valenciana, Andalucía y Cataluña colaboran en el proyecto para mejorar la gestión de los residuos forestales, entre ellas la Asociación de Propietarios Agroforestales Comunitat Valenciana (AFOCA-CV) y el Grup d'Acció Local Rural Muntanya d'Alacant, que aglutina a 58 municipios de la Marina Alta y Baixa, El Comtat, L'Alcoià y el Alto Vinalopó, que abarcan una superficie de unos 1.300 kilómetros cuadrados.

El proyecto, que se llama «Valorización y aprovechamiento energético, en la fase de tala, de las masas forestales de pino carrasco (Pinus halepensis) regeneración post incendios forestales», cuenta con una subvención del Ministerio de Agricultura y recursos del Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural de la Unión Europea.

El trabajo evidencia que en las tres autonomías el problema está cada vez más presente ya que, después de un incendio forestal, las masas de pino blanco suelen regenerarse de manera espontánea en altísimas densidades.

Ante esta situación, realizar talas para reducir la densidad «es imprescindible para garantizar el correcto desarrollo de los bosques, la capacidad productiva de la madera, el uso social y aumentar la resistencia y resiliencia de estos bosques ante nuevos incendios forestales», explica el equipo técnico del Grup d'Acció Local Rural Muntanya d'Alacant.

Con los medios actuales, los residuos generados en el corte, madera y ramas de pequeñas dimensiones no son aprovechables. Por eso, se depositan sobre el terreno, con un fuerte impacto visual sobre la población local y elevando temporalmente el riesgo de incendio forestal y los posibles daños por plagas.

El método de trabajo viene a ser el mismo en los últimos decenios: la corta y picado de los restos vegetales de forma manual con motosierra.

Este sistema hace que, al no extraer ningún producto comercial, convierta las actuaciones en deficitarias y provoca que no se hayan ejecutado en la gran mayoría de los centenares de miles de hectáreas afectadas por los incendios en los últimos decenios en las comunidades autónomas, y que son susceptibles de encontrarse en esta situación.

Escaso valor comercial

Un equipo de trabajo formado por miembros de seis agrupaciones defensoras de la naturaleza llevan a cabo el proyecto, que se pondrá en marcha en 2019. El grupo operativo ha realizado varias reuniones tanto en Pedreguer como en Manresa en agosto y septiembre, donde se pusieron en común las realidades de cada territorio en gestión forestal y, en concreto, de los bosques de pino blanco, que constituyen un problema por su poco valor comercial y el alto coste de extracción. Además, el equipo operativo realizó visitas, una de ellas a Fontilles, para ver el tipo de masa forestal de diferentes zonas que comparten la misma realidad.

El equipo técnico del Grup d'Acció Local Rural destaca que es necesaria la gestión y aprovechamiento de los residuos forestales del pino carrasco y su transformación en biomasa, fuente de energía renovable en expansión, «de manera sostenible con una nueva solución técnica que permita valorizar toda la cadena de producción».

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