La disposición del calendario ha provocado que la festividad del Nou d'Octubre haya quedado en una tierra de nadie. El puente más práctico llegará a partir del viernes, cuando el día de la Hispanidad, viernes, enlazará con el sábado y domingo siguientes. Así, diferentes entidades cívicas han organizado sus propios actos festivos aprovechando los pasados días 6 y 7, mientras que ayer, día 8, se remató con el disparo del castillo de fuegos artificiales en la Alameda. Y por ello, el programa de hoy está basado fundamentalmente en los actos oficiales, con el refuerzo básico de la Entrada de Moros y Cristianos.

Y es que el día de la Comunitat Valenciana ha quedado estructurado alrededor de una matinal con la Procesión Cívica y una tarde con el festejo morocristiano con el que la ciudad de València ha conseguido consolidar una propuesta que, historia en la mano, estaba en su derecho de organizar y celebrar. Pese a lo cual, València nunca ha tenido una alegoría a su conquista cristiana firmemente consolidada. Está en proceso de ello con este festejo, que se complementa con la Parada del Marítimo en pleno verano y la de Almirante Cadarso en Fallas.

Varias entidades contribuyen con sus actividades al programa. Así, las instituciones (Generalitat y diputación) abren sus puertas para que la ciudadanía entre en sus dependencias. O el concierto de la Fundación Bancaixa.

Las Fallas, que han aprovechado el fin de semana para celebrar actos, que iban desde simples aperturas del casal para paellas o quintos y tapa a sus actos normales del calendario, como proclamaciones o presentaciones de bocetos. Queda la acción de la Agrupación de Russafa, que celebra una misa y una ofrenda doble a Al Russafí y a Jaume I, repartiendo de esta forma los honores a los dos pueblos en aquel momento en litigio. Y Na Jordana finiquita la lectura del Tirant lo Blanc que empezó el pasado miércoles.

El acto principal, como queda dicho, es la Procesión Cívica, en la que las diferentes autoridades y entidades se dirigen hasta el monumento a Jaume I en el jardín de la plaza Alfons el Magnànim, realizándose la Ofrenda. La primera teniente de alcalde, Sandra Gómez, es la designada para llevar la Senyera en esta edición.

Paralelamente, la Catedral mantiene el tedeum, que ya no forma parte del recorrido oficial, y en el que la senyera de Lo Rat Penat será la que lo presida. El regreso tras el acto ante la estatua ecuestre del rey permite contemplar el disparo de la mascletà, en la que la gerente de la pirotecnia Aitana, Isabel Benavent, ha prometido que la senyera tendrá un marcado protagonismo, que será, por lógica, a base de efectos de color. Por las especiales características (no hay vallado, como en Fallas), la mascletà no dispone de los grandes calibres del mes de marzo, pero no deja de ser un disparo potente. Apenas tres horas después, Moros y Cristianos toman las calles.

La resaca del Nou d'Octubre es el mercado medieval de los alrededores de las Torres de Serranos, que se prolonga hasta el día 12.