La exministra de Cultura, la valenciana Carmen Alborch, tomó la palabra ayer en nombre de los premiados con las distinciones de la Generalitat. Alborch destacó la lucha por la igualdad de muchas mujeres y hombres durante años y aseguró que compartir la distinción con el dispositivo de recibimiento del Aquarius reforzaba aún más su sentimiento de agradecimiento y orgullo.

La que fue primera decana de la Universitat de València, aseguró que el feminismo ha ayudado a la mejora de la calidad de vida y remarcó que debería declararse patrimonio de la humanidad.

«Al final de una carrera piensas que ya está todo dicho, pero te das cuenta de que no, de que hay también una mirada retrospectiva de lo que has hecho en cierto momento, que se continúa valorando, y hace mucha ilusión, la verdad», aseguró la exministra durante su discurso.

Alborch también destacó que el premio es un reconocimiento a la lucha de la mujer: «Nadie me lo ha explicado así, pero yo así lo he interpretado, como un reconocimiento a todas esas luchas que se han encaminado y se han encarrilado en nuestro itinerario vital que vas acumulando a lo largo de los tiempos». La exministra añadió después a los medios que en la lucha por los derechos de las mujeres ha habido un efecto contagio, que realmente desde el movimiento Me too del año pasado acabó en una auténtica eclosión.

Con todo, desde antes de que naciera este movimiento «había todas las razones para decir basta ya de violencia, espero que no haya ningún retroceso, que no haya vuelta atrás y que todas las mujeres y estas chicas que están tan bien preparadas tengan también sus oportunidades», señaló Alborch.

Respecto a que se haya compartido la Alta Distinción de la Generalitat con el despliegue para recibir al Aquarius, Alborch señaló que hay dos palabras que son imprescindibles: lucha y esperanza.