El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, apeló ayer al «diálogo y la concordia» para poder solucionar los problemas de déficit en infraestructuras y financiación que padece la Comunitat Valenciana frente a las posiciones de «bloqueo» de otros territorios en clara alusión a Cataluña. El conflicto catalán sobrevoló ayer el acto institucional del 9 d'Octubre y estuvo presente también en la intervención de Sánchez que, sin citar expresamente a la comunidad vecina, contrapuso la actitud del Gobierno catalán con el espíritu de diálogo del Consell.

Los parabienes de Sánchez hacia un Ejecutivo que reivindica sin estruendos y sin poner al límite el Estado de Derecho, no sirvieron, sin embargo, para que el líder socialista diera carta de oficialidad a los compromisos que adquirió la semana pasada: que el 10 % de la inversión territorializada en los próximos presupuestos se quede en tierras valencianas.

De hecho, recogió más bien tímidamente el guante lanzado a primera hora por Puig en reivindicación de un mayor autogobierno y de la vicepresidenta del Gobierno, Mónica Oltra, sobre la infrafinanciación valenciana.

Sánchez anunció un presupuesto «cargado de cohesión territorial» y con infraestructuras «estratégicas» como el corredor mediterráneo y pidió abrir el diálogo con las comunidades para cambiar la financiación. «Tenemos que abordar el déficit en infraestructuras y la justa financiación desde el diálogo», indicó. En este sentido, hizo suya la mención de Puig en su discurso sobre el 40 aniversario de la Constitución: «No puede haber democracia sin diversidad territorial», señaló. Sánchez pidió fortalecer los lazos autonómicos para no retroceder a épocas del pasado que piden la «recentralización» e insistió en hacer posible que el espíritu de concordia presida el futuro de la Comunitat Valenciana.

Sánchez arrancó su intervención asegurando que su presencia (es el primer mandatario que acude a un 9 d'Octubre) era «una obligación y un honor». «Este es un acto cargado de historia y de memoria, de presente y futuro», manifestó. Para el jefe del Ejecutivo el autogobierno valenciano «ha sido un catalizador histórico» y representa «una identidad que no se define por aquello que se opone, sino por lo que es y por lo que aporta».

Sánchez aseguró que la Comunitat representa «la mejor España, por la que merece la pena pelear» y destacó su vocación europeísta, humanitaria y feminista. Puso como ejemplo los premiados, con especial mención a la acogida en el puerto de València del Aquarius: «Fue un despliegue humanitario ejemplar», sentenció.