La Guardia Civil establecerá un dispositivo de seguridad especial el próximo lunes 15 de octubre con motivo del juicio a los miembros de un clan que acabó con la vida de un hombre de una brutal paliza frente al Hospital La Fe de València, en febrero de 2016, delante su hija de apenas cuatro años. El despliegue de numerosos efectivos, tanto del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) como de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (Usecic), se prolongará durante los días que se alarguen las declaraciones de acusados y testigos para evitar cualquier tipo de incidente entre familiares y acusados. De hecho, los nueve procesados se encuentran actualmente en libertad después de que sus abogados lograran revocar la prisión provisional pese a la oposición de la Fiscalía, que alertó en su día del elevado riesgo de fuga.

Un jurado popular será el encargado de dirimir la culpabilidad o no de estos nueve acusados por matar a golpes, con palos y una porra metálica, y de dos cuchilladas a Javier Redondo Calero, de 33 años. El Ministerio Fiscal solicita una pena de quince años de cárcel para cada uno de ellos por un delito de homicidio con la circunstancia agravante de abuso de superioridad ya que lo abordaron y rodearon los nueve en el Bulevar Sur de València, sin darle posibilidad alguna de defensa, cuando éste salió del hospital junto a su hija de cuatro años, a la que había llevado a hacerle las pruebas de la alergia.

El móvil del crimen fue la supuesta sustracción de tres kilos de marihuana, como ya adelantó Levante-EMV, ya que el conocido como «clan de Benimaclet» atribuía dicho robo, ocurrido el 29 de septiembre de 2015, a Javier Redondo. Incluso algunos de los acusados acudieron a casa de su madre y le amenazaron diciéndole que si no devolvía la droga lo matarían. Amenazas que se instruyen en una causa separada.

Además, la víctima tenía una deuda pendiente de 120 euros por el arreglo de una moto con otro de los acusados, con quien quedó precisamente el día de autos, 16 de febrero de 2016, para supuestamente zanjarla. Inicialmente el encuentro iba a tener lugar en la explanada del aparcamiento del centro comercial Bonaire, pero Javier llamó a este acusado para decirle que le venía mejor quedar en el Bulevar Sur de València, ya que había ido con su hija a una consulta en el hospital.

Esta persona no se presentó ni mucho menos sola a la cita. Según el escrito de la Fiscalía, «previniendo que se iban a generar problemas y que no se atrevía a enfrentarse a solas» con el fallecido, se lo dijo a su hermano, también procesado. Éste se encontraba en ese momento en un entierro en el cementerio de Benimaclet junto a las familias del clan al que supuestamente la víctima había robado la marihuana meses antes. Así, «a sabiendas de que estos tenían una cuenta pendiente con Javier Redondo, les comunicó el encuentro que iba a producirse entre aquel y su hermano, y decidieron acompañarle para vengarse del robo que habían sufrido», según sostiene la fiscal.

Acudieron en dos vehículos

Los acusados acudieron en dos vehículos. En uno iban los dos hermanos A. L. S. y C. L. S., la novia de uno de ellos -que finalmente no será juzgada- y un amigo de estos. Mientras que en una furgoneta Ford Trafic iban los otros seis acusados del clan de Benimaclet, entre ellos el «Caldera», el «Purru» y el «Piraña». Los agresores, que estaban escondidos en los alrededores, abordaron a su víctima y comenzaron a golpearle con palos y una porra metálica, rompiendo el cristal trasero izquierdo y la luna trasera del vehículo, sin importarles que en el interior se encontraba llorando y muerta de miedo la pequeña de cuatro años en su sillita. Su padre cayó desplomado por los golpes y tras recibir dos cuchilladas cuando trataba de pedir ayuda.