El tiempo que cualquier persona ha de esperar de media para entrar a un quirófano en algo «no urgente», unas cataratas o una operación de rodilla, suele ser uno de los indicadores más recurrentes para saber si la gestión sanitaria es o no correcta pero poco se habla del tiempo que esos pacientes han tenido que esperar antes para poder hacerse la prueba diagnóstica que decida, por ejemplo, si debe operarse o el tiempo, por ejemplo, que han esperado para ver al especialista.

Conscientes de que una espera se suma a la siguiente y de que hay que empezar a remedar el problema desde la base, la Conselleria de Sanidad ha decidido incluir en su renovado plan contra las listas de espera la realización de pruebas diagnósticas como TAC, resonancias o ecografías también por las tardes pagando un plus a los profesionales por trabajar fuera de su horario habitual. Será el mismo mecanismo que se va a aplicar para reducir la siempre cuestionada lista de espera quirúrgica de operaciones no urgentes.

Así lo anunciaron ayer fuentes de la Conselleria de Sanidad que ya han trasladado a los sindicatos un borrador de propuesta para pactar tanto qué pruebas diagnósticas entrarán en este programa de autoconcierto -como se denomina al programa para intervenir fuera de horario con medios públicos- así como las compensaciones económicas que recibirán los profesionales por operar, o realizar pruebas, en su horario «extra». Según Sanidad, en el acuerdo se recoge el coste de las principales operaciones «con mayor demora y pacientes en espera».

En la C. Valenciana, pese a que la demora ha bajado los pacientes aún esperan de media tres meses para entrar en quirófano según el último corte trimestral de datos de junio de 2018 y más de cuatro meses en algunas especialidades traumatológicas. Saber cuánto hay que esperar para hacerse algún tipo de prueba es una cuestión más complicada. La conselleria no cuenta todavía (se está trabajando en desarrollarlo) con un sistema que monitorice las esperas para técnicas exploratorias aunque los últimos datos aportados por Sanidad a propósito de una pregunta parlamentaria del Partido Popular no ofrecen un panorama muy halagüeño. Todo depende de dónde se viva ya que, para la misma prueba no urgente, una ecografía abdominal, por ejemplo, la espera puede varias desde 5 días en el área de La Fe a 240 días en el hospital de Vinaròs.

Compartir pacientes

Precisamente, la inequidad territorial, que también se da en las listas de espera para entrar a quirófano es otra de las cuestiones que se quiere erradicar con el nuevo plan. Para ello, Sanidad recupera una vieja propuesta del conseller Luis Rosado, del Partido Popular, de «compartir» pacientes entre áreas de salud para igualar las esperas: aquellos departamentos que vayan más aliviados ayudarán a aligerar las listas de las otras zonas más colapsadas.

«Con estas medidas, las personas en lista de espera podrán elegir ser atendidas en menos de un mes en otros centros, además de en el suyo propio», explicaron ayer fuentes de la conselleria.

Pese a renovar el plan de autoconcierto (incluyendo el pago por objetivos y la inclusión de las pruebas diagnósticas), Sanidad no tienen intención de aparcar el plan de choque, esto es, la derivación de pacientes a la sanidad privada pagando la correspondiente factura. Hoy por hoy, y pese a los esfuerzos por apoyarse más en el autoconcierto y menos en el plan de choque, Sanidad no ha sido capaz de prescindir de la ayuda de la privada para reducir las listas de espera.