Laura Arribas Moscardó acaba de proclamarse Miss Plus Size España 2018. Con treinta años y alejada del canon de delgadez extrema que impera en las pasarelas, Arribas se presentó a este certamen de belleza de tallas grandes dispuesta a aprovechar el escaparate para reivindicar un mensaje: «El peso no puede ser una batalla diaria de la mujer. En el siglo XXI la moda no está reñida con tu talla».

La tiranía impuesta por la moda y la publicidad, afirma esta actriz, debería estar superada en una sociedad que aspira a la igualdad. «El debate de las tallas, tantas veces planteado, debería abrirse de forma real», defiende. Valenciana, del barrio de Benicalap, y con 173 centímetros de estatura, Arribas supera la talla 44. Y no tiene complejos, porque no comparte las actuales imposiciones estéticas. «Hay que hablar de salud y de otro tipo de belleza más real», mantiene.

La nueva Miss España de tallas grandes estudió danza en València, pero se decantó finalmente por el arte dramático preparándose en una academia de Madrid para intentar vivir de la interpretación y la comedia musical. «Es lo que más me gusta, pero es complicado», reconoce. El mercado de las tallas más allá de la cuarenta y pico le abrió la posibilidad de dedicarse a la moda. «No vivo exclusivamente de eso», aclara, para explicar que van saliéndole trabajos ocasionales aquí y allá.

El galardón de este fin de semana confiesa que ha sido «muy gratificante». «Una modelo de talla grande no va unido a problemas de peso o salud necesariamente», reivindica, en una idea que incide en que las mujeres reales no se ajustan a unas medidas establecidas. El certamen, celebrado en Barcelona, reunió a un total de diecisiete participantes, tras superar un casting de seiscientas candidatas. Además de desfilar, contestaron a una pregunta de cultura general y opinión.

El objetivo principal de la cita es «animar a aquellas chicas que creen que por su peso no podrían participar en eventos de esta índole por la diversidad de tallas en las pasarelas, la publicidad y la vida cotidiana». En definitiva, empoderar a unas mujeres que normalmente no estarían aceptadas en un concurso de belleza convencional, además de luchar contra los estereotipos y los trastornos alimenticios.