Desde el pasado viernes, 12 de octubre, los combustibles cambiaron su denominación. En realidad, su antigua nomenclatura -gasolina 95, diésel, etc.- convivirá con la nueva designación que compartiremos en todo el espacio europeo.

Por eso, si hoy usted acude a llenar el depósito de su vehículo, junto a la etiqueta de gasolina 98 verá un círculo blanco con la inscripción E5. Si su coche es diésel, la señal será un cuadrado con la leyenda B7.

Pese a que el anuncio de que este nuevo etiquetado ecológico llegaría a nuestras estaciones de servicio se hizo hace tiempo, lo cierto es que una gran mayoría de los valencianos no fueron conscientes de su aplicación hasta el mismo día de su instalación. Y muchos se enteraron a través de los medios de comunicación el mismo 12 de octubre.

Vicente Navalón es vecino de València y ayer por la tarde estaba repostando en una gasolinera de la ciudad. «Justo el viernes vi la noticia en el informativo. Parece que ha sido un cambio muy de repente ¿no?», comentó a este periódico. Pero no es el único que se ha visto sorprendido por la llegada de la nueva simbología. Carmen Fernández es taxista y en su caso, hace un mes que supo de esta innovación.

«La primera noticia me llegó a través de los medios de comunicación y me sorprendió bastante porque no había oído hablar de ello pese a ser del gremio de taxistas», explicaba. «Tendremos que estudiarnos bien el etiquetado, pero creo que nos acostumbraremos enseguida», añadía Carmen. Para José Manzanera, también taxista, si lo que se pretende es igualarnos a Europa «llegamos tarde, como siempre».

Al mismo tiempo, pese a que él sí que sabía de la existencia de este nuevo etiquetado, «faltan carteles informativos en las gasolineras que sirvan de guía para los usuarios y para que aprendan qué significa cada símbolo».

Cabe recordar que las gasolinas estarán representadas por círculos con la letra E -que significa etanol- y el número que le acompaña -5, 10 y 85- el porcentaje de etanol que tiene el combustible en cuestión.

Los diésel se representan con un cuadrado y la letra B, y el número -7 o 10- el porcentaje de biodiésel que lleva. Por su parte el XTL significa biodiésel parafínico. En lo que se refiere a los combustibles gaseosos, su etiqueta será un rombo con las leyendas H2, CNG, LPG o LNG.

Acostumbrarse al cambio

Gracias a estas nuevas etiquetas, podremos movernos por todo el espacio europeo e identificar a simple vista cuál es el surtidor en el que debemos repostar sin dar lugar a equivocaciones.

Aunque en este sentido, una trabajadora de una gasolinera de València no se muestra muy de acuerdo. «La gente que acude aquí no lo tiene muy claro. Lo del etanol y el biodiésel aún no son conceptos muy extendidos», comentó. Y parece que las dudas les surgen principalmente a las personas mayores que van a repostar: «Hay algo de inquietud -explica- aunque por el momento las etiquetas can a convivir con las antiguas y habrá que ir haciéndose poco a poco».

La tarea de ayudar a los usuarios pasa, al parecer, por los empleados de las gasolineras. El responsable de una de ellas ubicada en un polígono de la capital, asegura que el hecho de que sus usuarios habituales «sean como de la familia» facilita mucho las cosas.

«Hay confianza para que los clientes nos pregunten y que nosotros vayamos formándolos poco a poco sobre lo que significa este nuevo simbolismo», comentó. Aunque este servicio se puede llevar a cabo con mayor facilidad porque en esta estación hay varios empleados, algo que no ocurre en aquellas que son de autoservicio o que apenas cuentan con un trabajador para atender a todos los clientes.

De hecho muchas de las personas preguntadas acerca de si conocían el etiquetado ecológico de los combustibles, reconocieron que no tenían ni idea de la nueva implantación. Por supuesto que habrá tiempo para acostumbrarse. Tal como publicó este periódico, la medida es transitoria y de momento no se le ha puesto fecha de caducidad, lo que da a entender que la nomenclatura tradicional y la nueva, convivirán durante bastante tiempo.