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Análisis

Vuelco social para volver a los 80

La encuesta de Invest Group para Levante-EMV proyecta una ventaja de la izquierda para la que hay que retrotraerse a 1983

La sociedad que llegó a las elecciones autonómicas de 2015 aparece radicalmente transformada en sus opciones políticas en la fotografía que deja la última encuesta de Invest Group para Levante-EMV e Información. El PP empezó la octava legislatura, comprendida entre 2011 y 2015, con 55 escaños (de un total de 99) y más de 1,2 millones de votos de los valencianos. La oposición de izquierdas sumaba 44 diputados y Coalició Compromís y EUPV eran fuerzas minoritarias al lado del PSPV (33). El escenario y sus protagonistas cambiaron pronto con la dimisión del rey Francisco Camps por el escándalo Gürtel y los problemas de su sucesor, Alberto Fabra, ante la imposición de recortes y la puesta en cuestión del propio Estado autonómico. En las elecciones de 2015 quedó claro que la fiesta se había acabado. Hoy, el panorama reflejado se parece más al de los años 80 que al que creció a partir de 1995.

La Comunitat Valenciana de finales de 2018 que proyecta el sondeo es mayoritariamente progresista: estaría representada en las Corts por 58 parlamentarios. Los escaños socialistas serían los mismos de la octava legislatura (33), tras un incremento más que notable sobre los de 2015 (23). El gran cambio, no obstante, estaría en que ese aumento del PSPV se produce sin que el otro partido del Botànic, Compromís, se resienta. Podemos, sin candidato y con vaivenes de líderazgo, sí lo hace, pero no tanto como para que la izquierda no progrese.

Para encontrar un resultado similar hay que retrotraerse a las primeras elecciones autonómicas, las de 1983. En plena explosión socialista tras el éxito de 1982 de Felipe González, el PSPV-PSOE de Joan Lerma lograba 51 diputados en el primer parlamento autonómico como tal. Además, el PCPV obtenía otros seis: 57 de la izquierda sobre un hemiciclo de 89 escaños (se pasó a 99 en 2007).

histórico escaños

Infogram

La situación es diametralmente opuesta en el lado conservador. Con los datos del sondeo en la mano, el PP pasaría en dos legislaturas de una hegemonía más que absoluta a ver incluso peleado su lideragzo en la derecha. De 55 escaños en 2011 a 22, del 48,6 % de los votos al 21,5 % y de 1,2 millones de papeletas a algo más de medio millón. Es el panorama que pronostica la encuesta de Invest Group. Y es similar al que vivía la derecha valenciana en 1987, con 42 diputados de un total de 89 repartidos entre 25 de Alianza Popular (AP, germen del PP), diez del Centro Democrático y Social (CDS) de Adolfo Suárez y seis de Unión Valenciana (UV).

Los 22 escaños que el sondeo da a los populares serían el resultado más bajo de la historia política valenciana para AP o PP.

La novedad en el centroderecha es que nunca ha habido un partido que le hiciera sombra a AP/PP como ahora lo conseguiría Ciudadanos, que en 2015 se estrenó en el panel valenciano con trece diputados y el 12,3 % de los votos y estaría ahora en 19 parlamentarios y el 18,2 % de estimación de apoyo. El avance se ha producido en el último año, durante el auge sin fin del procés independentista catalán, porque en octubre de 2017 se mantenía en trece escaños.

Si se miran los resultados de 2011 (vienen a ser los que se sucedieron desde 1999 con un dominio total del PP), el PSPV lograría mantener su apoyo social en un panorama de mucha mayor fragmentación. Es el único que lo consigue, porque el otro gran partido sufre las consecuencias de la corrupción, los recortes y, más recientemente, de la gestión de la crisis en Cataluña. El cóctel está resultando dramático para los populares valencianos, que en todo caso pueden agarrarse al elevado porcentaje de indecisión que aparece en el trabajo demoscópico publicado por Levante-EMV e Información. Aquella frase de la exalcaldesa de València Rita Barberá la noche electoral de 2015 continúa siendo descriptiva tres años después: «¡Qué hostia! ¡Qué hostia!», dijo en el fragor de las emociones mientras abrazaba a Serafín Castellano.

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