El joven de 21 años apuñalado en la tarde-noche del miércoles en el valenciano barrio de San Marcelino por un amigo suyo, tal como adelantó ayer en exclusiva Levante-EMV en su edición digital, estuvo a punto de perder la vida, ya que una de las tres cuchilladas que recibió en el pecho llegó a perforarle el pericardio. Se trata de la membrana que rodea y protege el corazón. Si la hoja del arma hubiese traspasado por completo el pericardio y afectado al órgano, el chico habría fallecido.

Precisamente por el alcance de esa lesión y por el lugar donde le atacó -todas las cuchilladas fueron al pecho-, un lugar con varios puntos vitales-, el presunto agresor se enfrenta ahora a una acusación de homicidio en grado de tentativa.

La víctima permanece bajo vigilancia médica intensiva en el Hospital La Fe, donde fue intervenido de urgencia en la noche del miércoles. Ayer, permanecía totalmente sedado y los médicos no descartaban tener que volverle a intervenir, según informaron a Levante-EMV fuentes de la Jefatura Superior de Policía de València.

Los hechos, tal como informó ayer este diario, sucedieron en torno a las ocho de la tarde del miércoles a la altura del número 20 de la calle San Marcelino, en el barrio valenciano del mismo nombre. Víctima y autor son amigos y habían estado juntos con otros jóvenes de su grupo.

En un momento determinado, se enzarzaron en una discusión cuyo contenido no ha trascendido. De ahí, pasaron a golpearse en una pelea cuerpo a cuerpo durante la cual uno de ellos, de 23 años, cogió un cuchillo y se lo clavó al otro, de 21. Tres de las puñaladas le alcanzaron el pecho y la cuarta, en el antebrazo, al interponerlo en la trayectoria del arma para defenderse.