La tubería programada por la Generalitat Valenciana aliviará los problemas de inundación de la pista de Silla pero no los erradicará, ya que en episodios fuertes de lluvia como el pasado (donde se recogieron más de 158 l/m2) desaguar el 35 % de las pluviales recogidas de Picassent y Alcàsser no será suficiente y el ayuntamiento volverá a cerrar las compuertas ante el riesgo de que se inunde su localidad.

El foco del problema hay que buscarlo hace más de 20 años después de que el Gobierno Central, entonces socialista, construyera la pista de Silla. Ya entonces el ayuntamiento se dio cuenta de que el diseño de la autovía en el punto más próximo al municipio inundaba el casco urbano porque su superficie es cóncava a lo que se une que Silla se encuentra a una cota más baja que el resto de municipios del entorno y por eso es fácilmente inundable. El consistorio no tuvo más remedio que construir las compuertas ya que es Fomento el que no atiende a las reivindicaciones históricas que se han realizado ara atajar el problema y que se basan en desviar las agua pluviales de Alcàsser y Picassent al Barranc de Tafarra, antes de que llegue a la pista de Silla (V-31).

Falta de entendimiento

«Hasta en tres ocasiones me he reunido con Delegación de Gobierno para reivindicar el proyecto pero hay dos problemas fundamentales: el primero que se deben poner de acuerdo Fomento, Consell, CHJ y los ayuntamientos; y el segundo que la obra costaría más de 32 millones», explica Vicente Zaragozá, quien deja claro que «cuando se tenga que priorizar entre carretera y población, será esta última la prioridad hasta que no se solucione el problema que hay en Alcàsser y Picassent».