«Es pésimo diagnosticar algo por lo que no tiene», reconoce la oncóloga Begoña Bermejo al hablar del cuarto subtipo de tumor de mama, el triple negativo. Actualmente son «los más complicados» de tratar, precisamente, porque son los más agresivos «y donde menos armas terapéuticas tenemos», asegura Bermejo.

La definición de estos tipos de tumor se hace todavía por lo que no tienen (alta sensibilidad hormonal o del factor HER) pero aún no se ha encontrado lo que los define, lo que daría una pista para tratarlos. En ese cajón de sastre de los tumores triple negativo se están identificando hasta seis subtipos diferentes, cada uno con una diana diferente. Esta clara diferenciación hará difícil, según Bermejo, que los avances para este tipo de tumores lleguen de la mano del descubrimiento de una sola característica que sea la que les ayude a crecer y que se pueda bloquear. Más bien al contrario, actualmente se está confiando en la investigación en inmunoterapia para luchar contra ellos.

Esta línea de investigación está, de hecho, «a punto de dar sus frutos», según apunta la doctora Sara López-Tarruella, coordinadora del grupo de trabajo de la enfermedad triple negativa del Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama. «Hay esperanzas puestas en la inmunoterapia pero no será la solución global para estos tumores ya que unos se verán beneficiados y otros puede que no. Tenemos que ser capaces de descifrar la heterogeneidad de cada tumor, empezar a definirlos por lo que son para poder combatirlos», añade. Aquí cobran importancia los más de medio centenar de ensayos clínicos que están actualmente en marcha en España para buscar un abordaje a los tumores triple negativo.