«Nunca, nunca, nunca te rindas». Esta es la frase que Juan Ramón Adsuara, flamante nuevo presidente de la gestora del PP en la provincia de Valencia, tiene fijada en su perfil de Twitter. Quizás es el pensamiento que le llevó a mantener la serenidad cuando el pasado mes de julio vio como su partido le dejaba sin sitio en los órganos de poder de Génova y, en su lugar, situaba a otros con devoción pablista tardía.

Cuando apostar por Casado era un salto a una piscina sin agua, Adsuara fue uno de las pocos cargos del PPCV que salió en defensa del hoy líder popular: «Necesitamos a una persona que pueda defender con pasión aquello en lo que creemos: el bien común, el servicio a los demás, la libertad y el humanismo. Y esa persona es Pablo Casado», afirmó.

Con cuatro meses de retraso, el alcalde de Alfafar ha tenido su resompensa ya que, en espera de un congreso que aún tardará en llegar, logra el trampolín perfecto para convertirse en el nuevo referente provincial, un terreno lleno de minas y que quedó huérfano de liderazgos tras la caída de Alfonso Rus.

Con todo, entender el nombramiento de Adsuara exclusivamente en términos de premio resulta un análisis demasiado limitado, entre otras cosas, porque su designación para sustituir al diputado nacional Rubén Moreno (que quedó demasiado marcado por su apoyo a Soraya Sáenz de Santamaría) es a todas luces la solución perfecta para reconstruir puentes y evitar agrandar la brecha entre la dirección nacional y la cúpula regional.

De hecho, si ya en su día Moreno pudo considerarse una persona de consenso entre Génova y Bonig, Adsuara lo es con más razón. Mantiene una buena relación con Bonig, quien en su día le confió la ponencia social del congreso regional y lo situó en la ejecutiva regional, aunque en segunda fila. Su sintonía ideológica es completa y ambos se sienten cómodos en el etiqueta del «humanismo cristiano».

Adsuara forma parte del ala cristiana del partido, en su momento bajo influencia de Juan Cotino, aunque sin dogmatismos. Bonig no deseaba cambios en la gestora, pero con Adsuara, a la sazón enfrentado con el expresidente provincial y actual responsable de Política Municipal del PP, Vicente Betoret, gana un aliado. Una persona afín que ella misma llegó a promocionar como aspirante a la presidencia del PP provincial antes de que la guerra entre Betoret y la portavoz del PP en la diputación de València, Mari Carmen Contelles, hicera saltar por los aires la provincia.

Ahora bien, se engañará también quien piense que Adsuara es persona de bajar la cabeza y trabajar al dictado. Para muchos en su partido, es un verso suelto, un dirigente que no ha dudado, cuando así lo ha considerado oportuno, enfrentarse al "staff". Casado y padre dos hijas, es un hombre hecho así mismo. Según su currículum colgado en la web de la diputación (en la que también tiene escaño como diputado provincial), cursa en la actualidad el grado de Políticas y tiene varíos títulos en marketing, dirección comercial y liderazgo, pero, a diferencia de otros políticos, tiene vida laboral al margen de la política. En su caso en el sector del automóvil donde, entre otras cosas, fue jefe de talleres.

Oposición a su partido

Su oportunidad en la política le llegó en 2011, cuando el partido entonces liderado por Francisco Camps lo buscó para conquistar el que había sido el bastión socilista por excelencia del cinturón rojo. Y a la primera lo logró con una holgada mayoría absoluta. En 2015 se quedó a un concejal de revalidarla, pero un acuerdo con Ciudadanos le está permitiendo gobernar sin problemas.

Desde el ayuntamiento, Adsuara ha aplicado la fórmula de primero el vencindario y después los intereses de partido. Ejemplo de ello fue el pulso que mantuvo con el entonces presidente Alberto Fabra a cuenta de la liberalización de los horarios comerciales, al que se opuso, llegando incluso a amenazar con dimitir o su negativa a comprar para su pueblo las polémicas luces led de Rus.

Considerada persona de trato afable y tono correcto, Adsuara tiene ahora el reto de contener los conflictos en la provincia e impulsar los ánimos para unas elecciones en las que el PP sueña con recuperar el poder municipal perdido en condiciones adversas. Andaba Adsuara este verano disgutado por el trato recibido por su partido e incluso replanteándose su vida política, pero rendirse, como dice su tuit, no estaba en los planes y es ahora cuando la oportunidad le ha llegado.