La Comunitat Valenciana ha experimentado un descenso de un 57 % en el número de denuncias de padres maltratados por sus hijos en 2017. En concreto, se presentaron 404 denuncias menos con respecto a 2016, en el que las 1.052 denuncias tramitadas posicionaron a la Comunitat a la cabeza en violencia filioparental en España.

De esta manera, actualmente la Comunitat Valenciana se sitúa como la segunda autonomía en la que más padres denuncian a sus hijos, con un total de 648 expedientes incoados en las fiscalías de menores en 2017, sólo por detrás de Andalucía.

Sin embargo, este segundo puesto no significa que la Comunitat sea necesariamente una de las que más casos de violencia filioparental presenta, sino una de las regiones en las que más se denuncia, explica M.José Ridaura, psicóloga de la Fundación Amigó, vicepresidente de la Sociedad Española para la Violencia Filioparental y codirectora del Máster en Prevención e Intervención en Adolescentes en Riesgo y Violencia Filioparental de la Universitat de València (UV). Algo que -afirma Ridaura-también tiene aspectos positivos. "El hecho de que los padres acudan a la fiscalía de menores supone la visibilización del problema y su consiguiente demanda de ayuda para hacer frente al problema", subraya.

La reducción de las cifras de denuncias puede ser debida, según Ridaura, a la respuesta de las instituciones públicas y privadas a la violencia filioparental en la Comunitat Valenciana. "Se han puesto en marcha propuestas cada vez más eficaces y con mayores garantías y, por parte de los padres, se ha ido tomando conciencia de este problema", explica. Además, apunta a que, en la actualidad, al margen de la respuesta judicial, existen otras respuestas que facilitan, afortunadamente, que no en todos los casos se llegue a denunciar.

"Los chicos han aprendido que con la agresividad logran lo que quieren"

En cuanto a la principal causa de este tipo de conductas, la vicepresidenta de la Sociedad Española para la Violencia Filioparental señala que responde a que "los chicos y chicas han aprendido que mediante la agresividad consiguen lo que quieren". En la mayoría de los casos, se trata de una conducta aprendida desde la infancia que los progenitores son conscientes de que no pueden controlar cuando llega la adolescencia, según explica M.José Ridaura.

Aunque la violencia filioparental puede darse en cualquier tipo de familia y de cualquier clase social, según explica Ridaura, las investigaciones apuntan a la existencia de algunas características comunes en los hijos que maltratan a sus progenitores.

Perfil de la violencia filioparental

En el 90 % de los casos consumen drogas, especialmente cannabis; suelen presentar baja capacidad empática, baja tolerancia a la frustración, tendencia a percibir la realidad de manera absoluta y dificultades para controlar la ira. En el ámbito escolar, muchos presentan problemas de conducta en el aula y otros han sufrido paradójicamente bulling. En el caso de los padres y madres -señala M.José Ridaura- uno de los denominadores comunes es que han desarrollado unas pautas de crianza inadecuadas en mayor o menor grado.

En cuanto género, las muestras judiciales apuntan a que es algo superior el número de agresiones por parte de chicos, con un 60 % del total, que el de chicas, que se sitúa en un 40 %. Sin embargo, si se toma como referencia muestra de población general, se observa una equiparación en el 50 % de las agresiones por parte de chicos y chicas. En cuanto al tipo de agresión, sí se observan diferentes tipos de violencia según el género: los chicos ejercen una violencia más de tipo físico mientras que en las mujeres predomina más la agresión psicológica.

Formarse en este tipo de violencia

"Cuando tienes un hijo nunca piensas que acabará maltratándote. Aceptar y vivir algo así es muy difícil". La violencia filioparental es un problema complejo, multicausal, que requiere de una sensibilidad específica por parte de los profesionales, así como de una formación muy concreta, para poder sostener a los padres y a los hijos, ayudarles a entender el problema y darles estrategias para resolverlo. Porque -asegura Ridaura- con esfuerzo de ambas partes se puede resolver. Para dotar de herramientas a los profesionales, la UV organiza el Máster en Prevención e Intervención en Adolescentes en Riesgo y Violencia Filioparental que, en palabras de Ridaura, contribuye a "poder recuperar las relaciones de estas familias que tanto sufren y a hacerlo con calidad, profesionalidad y rigor".