Nunca hay seguridad al 100 % pero, si tuvieran que apostar, los expertos en Salud Pública y Epidemiología lo harían por que la temporada de gripe de este año será suave o, al menos, «no especialmente grave».

Ese es el pronóstico lanzado ayer desde el Servicio de Promoción de la Salud y Prevención en las Etapas de la Vida de la Conselleria de Sanidad en el primer día, precisamente, en el que los centros de salud están distribuyendo las vacunas contra el virus, 750.000 para toda la Comunitat Valenciana.

Al hablar de gripe, como de otras enfermedades que dependen de la circulación de un virus, se puede esperar que el panorama cambie de un mes a otro pero, a día de hoy, los especialistas esperan una campaña no especialmente dura a tenor de lo que ha pasado este invierno en el hemisferio sur.

El lugar al que mirar es Australia. «Siempre podemos tener sorpresa pero si miramos lo que ha pasado en Australia, que es la referencia del hemisferio sur que tomamos, podemos decir que no será especialmente grave en número de casos», explica José Antonio Lluch, jefe de Servicio de Promoción de la Salud.

El motivo no es que la cepa -el tipo de virus- que está circulando mayoritariamente «tenga menos capacidad de infección o sea menos virulenta sino que la que está siendo dominante este año, la A H1N1 está recogida en la vacuna», explica Lluch.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) decide a principios de año qué tipo de vacuna se debe fabricar para la próxima temporada teniendo en cuenta las «cepas» que han circulado durante los meses anteriores. El objetivo es prever cuáles van a dominar y así hacer una vacuna garantizando la máxima protección posible. Si nada cambia en unas semanas, este año se habrá conseguido y la vacuna estará protegiendo, realmente, contra el tipo de gripe que predomina en el año, cosa que no todas las temporadas sucede.

De ser así, se estaría por debajo de los 294 casos por 100.000 habitantes de tasa máxima que se registraron en la temporada pasada en la que hubo, como llaman los expertos, un «missmatch», una falta de concordancia entre los antígenos de la vacuna y los que circulan en el ambiente.

Los expertos se atreven a lanzar pronósticos en el cómo pero no tanto en el cuándo. El año pasado fue «arquetípico» con un aumento de casos a finales de diciembre para llegar al momento álgido de la epidemia la tercera semana de enero, justo después de que los niños, los principales transmisores del virus, volvieran a la escuela y se propagara aún más.

Porque ellos son, año tras año, los principales afectados por el virus (el año pasado se registraron tasas de 653 casos por cada 100.000 habitantes en niños de hasta 4 años) pero también sus mayores transmisores. Precisamente, el que en los niños la gripe se asocie a una enfermedad sin riesgo ha hecho que ésta se banalice entre los adultos donde tiene unas consecuencias mucho peores, sobre todo entre los mayores o en personas con enfermedades crónicas.

314 muertos el año pasado

Según datos de la Conselleria de Sanidad, en la temporada pasada la gripe dejó 1.720 casos graves y 314 personas fallecidas, la mayoría de más de 65 años. De ahí la importancia, según Lluch, de mejorar los niveles de cobertura vacunal en los grupos de riesgo, sobre todo en mayores de 64 años donde se está por debajo de la media.

La temporada pasada se vacunaron algo más de la mitad de los mayores valencianos (51,47 %) muy lejos de las tasas de cobertura de hace más de una década en las que se vacunaban 7 de cada 10. «En embarazadas y personal sanitario estamos por encima de lo recomendado por la OMS pero aún hay grupos con margen de mejora», reconoció Lluch. Junto a estos tres grupos, los expertos recomiendan la vacuna a diabéticos, obesos, enfermos renales y hepáticos, enfermos oncológicos, cuidadores y niños con enfermedades crónicas.