Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Audiencia de València

El fugado Tabares pide cerrar ya el caso IVEX

El letrado del exdirector del instituto público, "rebelde" en Tokio desde 2005, se suma a la petición de archivo de otro encausado

El exdirector del Instituto Valenciano de la Exportación (IVEX) y fugado de la justicia valenciana, José María Tabares Domínguez, sigue intentando librar batallas judiciales a pesar de haber sido declarado en rebeldía.

El letrado del exdirectivo evadido es uno de los tres recurrentes ante la sección tercera de la Audiencia de València que solicitaban el sobreseimiento definitivo y que se declarara la prescripción de uno de los dos casos IVEX, el que sigue abierto, aunque hibernado.

Se trata del caso IVEX que investiga desde hace trece años (enero de 2005) la presunta malversación por los pagos en «B» y a través de paraísos fiscales de casi seis millones de euros al cantante Julio Iglesias por ejercer de embajador de la Comunitat Valenciana en 1998 y 1999.

El recurso resuelto por la sección tercera de la Audiencia de València, que confirma el archivo provisional del caso pero no la prescripción de los hechos, fue presentado por la defensa del exvicepresidente primero del IVEX, Joaquín B. R., al que se adhirieron las defensas del exdirector financiero del instituto, Joaquín B. M., y de José María Tabares (que cuenta con un nuevo letrado), a pesar de que éste reside en Tokio desde hace justamente trece años.

Tabares se instaló en la capital japonesa poco antes de que la Audiencia de València lo condenara por el «otro» Caso IVEX a cinco años de cárcel por estafa. Una sentencia ratificada por el Tribunal Supremo el 23 de octubre de 2006, hace hoy justo doce años.

En este primer escándalo con epicentro en el antiguo Instituto Valenciano de la Exportación, tanto la sección quinta de la Audiencia como el Supremo declararon probado que Tabares y el empresario Jean Luc Lagier ejecutaron una operación para producir derechos de compensación que permitieran a la factoría Ford exportar vehículos a Túnez.

Una operación por la que crearon un agujero de 3,2 millones en el Arab Bank. Para pagar esta deuda confeccionaron 30 letras de cambio ficticias libradas por Sonotube (Lagier), aceptadas por Graficom (Grupo Lagier) y avaladas por Tabares en nombre del IVEX para poder cobrarlas ante la participación como avalista del instituto público. La cantidad total estafada por Tabares y Lagier ascendía a 6 millones de euros, según confirmó el Tribunal Supremo.

Ambos condenados se fugaron. Lagier huyó de España, pero fue detenido en el aeropuerto de París y falleció en enero de 2010 mientras cumplía la condena.

Tabares escapó a Tokio donde reside desde hace trece años y ejerce de profesor de castellano y derecho laboral, según adelantó «La Veu» en su edición del pasado 18 de octubre. La pena por este primer «Caso IVEX» sí ha caducado para él, como estableció la Audiencia de València en otro auto de diciembre de 2012 en el que declaraba prescrita la pena de cinco años a la que fue condenado por un delito continuado de estafa.

Sin embargo, Tabares nunca ha vuelto a pisar territorio ibérico. Su testimonio como investigado constituye la clave de bóveda sobre la que gira también el segundo caso IVEX, el de los pagos en negro a Julio Iglesias. No en vano Tabares fue quien suscribió con el artista el contrato en «A» pero también el contrato en «B», rubricado el 29 de diciembre de 1997 y que investiga la justicia desde 2005, el año de su fuga.

Además, como recuerda el fiscal del caso, tanto el vicepresidente del IVEX como Tabares «debían estampar su firma en las órdenes de emisión de los cheques o transferencias a través de ellos [con] que se efectuaron los pagos más trascendentes».

Y, aunque al parecer «se limitaban a estampar su firma comprobando que se amparaban en una factura» no examinaban «si realmente se habían prestado los servicios que se pagaban». Una conducta que constituye un delito de malversación por el que la justicia aún sigue intentando localizarlo. Aunque su condición de fugado, huido o evadido le impediría tener acceso a la causa que sigue abierta contra él ya que, al encontrarse en rebeldía, se le puede denegar hasta la personación y el acceso a las actuaciones, según recordaba la Fiscalía General del Estado en una reciente circular.

Compartir el artículo

stats