La fundación del magnate textil Amancio Ortega se comprometió en abril del año pasado a donar a la sanidad valenciana 30 millones de euros para renovar los equipos de diagnóstico contra el cáncer.

Año y medio después solo un tercio de las máquinas que se pudieron comprar gracias a esta aportación están en funcionamiento en los 18 centros valencianos beneficiarios de aquel acuerdo pionero. Se trata de una docena de aparatos, en general los de más fácil instalación -como los mamógrafos y sus actualizaciones- de los 39 equipos comprados con la donación que han abarcado desde aceleradores lineales a TACs, mamógrafos digitales o resonancias magnéticas.

Así se desprende de la información actualizada facilitada por la Conselleria de Sanidad. La Administración confía en esta inyección económica para solventar tanto los problemas de obsolescencia de los equipos de diagnóstico oncológico de gran parte de los hospitales valencianos como para cubrir con garantías la próxima reversión a lo público del servicio de resonancias, en manos oficialmente de la unión temporal de empresa Erescanner hasta pasado mañana y de forma añadida hasta, al menos, febrero.

La proporción de máquinas de Amancio Ortega ya en funcionamiento no debe, sin embargo, sorprender si se tienen en cuenta los tiempos que han marcado la gestión de los 30 millones llegados del mecenazgo, una puerta poco transitada en la sanidad valenciana hasta ahora y que incluso levantó críticas en su día.

La firma oficial del acuerdo entre la fundación Amancio Ortega y la Generalitat Valenciana se solventó a principios de abril de 2017 pero no fue hasta doce meses después cuando se adjudicaron los 14 lotes en los que se dividió el macrocontrato.

La gestión pura y dura entre la Administración y las empresa para la llegada de las máquinas se ha desarrollado, pues, durante el verano. A día de hoy ya están instalados los mamógrafos del Hospital General de Castelló; el del hospital de Llíria; el del Hospital de Ontinyent, el del Virgen de los Lirios de Alcoy, el de Orihuela y el del Hospital General de Alicante.

Además, la mayoría de las actualizaciones digitales de los mamógrafos ya existentes ya están en funcionamiento (en el General de Alicante; en el Doctor Peset de València; en el hospital de Sagunt y en el Hospital Clínico de València, donde la actualización empezará a funcionar la próxima quincena).

El resto de equipos, sin embargo, aún tendrá que esperar, algunos con 2019 bien empezado ya que necesitan no solo de una instalación específica sino incluso de obras para construir búnkeres de seguridad en el caso de los aceleradores lineales, o las resonancias.

El Hospital castellonense de la Plana y el de Ontinyent ya tienen sus TAC pero aún se tiene que instalar en Sagunto; en el Clínico las obras empezarán con el año; en Xàtiva se está instalando; al igual que en Elx, donde el equipo ha llegado pero se instalará «en las próximas semanas» para estar en funcionamiento a lo largo de noviembre.

Lo mismo sucede con las resonancias: en Vinaròs tienen que hacer obras de ampliación y en Sant Joan se pondrán en marcha «en breve». Los aceleradores lineales también necesitan de una preparación. El del Provincial de Castelló comenzará a instalarse «a finales de año»; en el Clínico aún deben empezar las obras para acogerlos y en La Fe ya está instalado el equipo el nuevo Acelerador Lineal de radiocirugía intraoperatoria que no entrará en funcionamiento hasta finales de año ya que todavía hay que calibrar la máquina y formar a los profesionales en su manejo.