Salidas cortas y a escasos metros del chalé donde vivía, limitadas a las necesidades diarias de sus tres perros. Sin hablar con los vecinos y sin levantar la vista. El resto del tiempo, lo pasaba encerrado a cal y canto en la casa. La misma discreción que ayudó a Lauro Pippa a vivir oculto en un chalé de un diseminado de la Pobla de Vallbona durante medio año acabó siendo su perdición cuando los ojos que repararon en sus esquivas costumbres -incluido el detalle de que sus rutinas no cuadraban con ningún tipo de ocupación laboral- fueron los de un agente de la Policía Nacional, inspector en prácticas. El agente desconfió y vio en esa actitud la de un fugitivo de la ley. Y acertó.

Tras informar a sus jefes, el caso fue puesto en manos del grupo de Crimen Organizado de la Udyco de València, responsable de localizar y detener, entre otros criminales, a los huidos de la Justicia. Los tatuajes que Pippa luce en su cara han sido determinantes para identificarle en las listas de delincuentes buscados a través de Europol e Interpol.

Una vez confirmada su identidad con las autoridades italianas y recibida la documentación que sustenta la orden europea de detención (OED) y la consiguiente solicitud de extradición, los especialistas de la Udyco de València, con la colaboración del Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES), especializado en asaltos de viviendas, tomaron a las 6.00 horas del jueves 1 de noviembre, en plena madrugada de Halloween, el chalé donde residía Pippa de alquiler desde hace alrededor de seis meses y lo detuvieron. El presunto narcotraficante, para quien la Fiscalía de Milán solicita casi 30 años de prisión por su supuesta pertenencia a un grupo mafioso que manejó cientos de kilos de hachís, marihuana y cocaína entre 2009 y 2016, fue sorprendido mientras dormía y no tuvo tiempo de oponer resistencia.

Pippa será enviado a prisión en virtud de la OED expedida por Italia, y será la Audiencia Nacional competente en materia de extradiciones, la que determine si accede a la solicitud de colaboración italiana o si, por el contrario, paraliza la entrega del fugitivo, que llegó a vivir en la Pobla de Vallbona durante algunas temporadas con su mujer y sus dos hijos, según han confirmado los vecinos a este diario.