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Gustavo Suárez: «El Gobierno ha logrado poner el foco de atención ante Europa sobre la inmigración con el 'Aquarius'»

"El mayor problema de los niños es la supervivencia. Con los pequeños hay que actuar desde el primer momento porque si no serán una generación perdida"

Pese a todos los avances económicos, políticos y sociales miles de niños mueren diariamente y uno de cada cuatro vive en un país en emergencia.

Así es, verdaderamente son datos con los que resulta muy difícil convivir. En la actualidad mueren cerca de 15.000 niños diarios, 7.000 de ellos recién nacidos, por causas perfectamente evitables, como son la malaria, el sarampión, las diarreas... Si conseguimos evitar estas enfermedades salvaremos al 80 % de estos pequeños.

¿Cómo se pueden evitar?

Vacunando a los niños, comprando mosquiteros y dispensando medicamentos a los pequeños. Son cosas muy sencillas, no excesivamente costosas para el resto de la humanidad que, sin embargo, salvarían miles de vidas.

Estos días han puesto en marcha la campaña «Un nombre una vida». ¿En qué consiste?

Queremos poner de manifiesto, y frenar, la mortalidad infantil. Hay miles de niños en el mundo que no tienen esperanza de vida y sus padres ni siquiera se molestan en ponerles un nombre porque saben que van a morir antes de cumplir el primer mes.

¿Cuál es el mayor problema de los niños en el mundo?

La supervivencia. Actualmente mueren cerca de seis millones de niños en el mundo al año por falta de alimentación, agua potable, medicamentos... Y aunque en los últimos 50 años hemos reducido a la mitad la mortalidad infantil, el problema continúa. Es más, si seguimos avanzando a este ritmo en 2030 se habrán muerto 28 millones de niños recién nacidos.

¿Y qué ocurrirá con estas generaciones si no se actúa ahora?

Que serán una generación perdida. Con los niños hay que actuar de pequeños porque si crecen dejas de tener la posibilidad de actuar.

¿Es consciente la sociedad de esta lacra social?

No, no porque si fuéramos conscientes no nos lo podríamos permitir como sociedad. No podríamos vivir tranquilos sabiendo que en muy pocos segundos están muriendo decenas de niños. No es posible que la humanidad soporte que los niños se mueran en función del lugar donde han nacido. Y esto es algo que debemos remediar forzosamente.

Naciones Unidas ha establecido unos Objetivos de Desarrollo Sostenible en los que marca, entre otros, «hambre cero» para 2020. ¿Son objetivos reales?

Son objetivos reales y esperanzadores si conseguimos cambiar las costumbres y el modo de enfrentarse a los problemas de la actual sociedad. Y si no se consigue 'hambre cer0' para 2020, pues lo haremos más adelante. Lo importante es que con estos objetivos se abre una etapa de oportunidades en la que se moviliza a toda la sociedad: Estado, administraciones públicas, empresas, grupos de comunicación, universidades...

¿Cómo se puede actuar frente a este tipo de pobreza severa?

Una manera de ayudar a estas familias es dejar abiertos los centros escolares durante las vacaciones. Además nosotros apostamos por la educación de cero a tres años, una educación acorde con su edad que les ayude en la adquisición de conocimientos y actitudes para su futuro.

¿Han cambiado las políticas sobre la pobreza infantil con el nuevo Ejecutivo?

El Gobierno ha mostrado sensibilidad hacia el problema. Un ejemplo significativo es que, como Unicef y otras organizaciones pedían, hay un reconocimiento de que la pobreza infantil es un problema en España y para enfrentarse a ello se ha creado el Alto Comisionado. Además se ha incrementado la dotación por hijo a cargo hasta los 470 euros. Es un primer paso.

¿Cómo debe actuar España frente a la migración infantil?

España debe acoger a estos niños, darles el tratamiento adecuado y, si es posible, reunirles con sus familias, ya sea en sus lugares de origen u otro sitio. Porque todos los niños tienen los mismos derechos independientemente de su nacionalidad.

¿Cómo valora la decisión del Gobierno de acoger a los migrantes del barco 'Aquarius'?

Es una decisión que la sociedad española, y en particular Unicef, ha valorado muy positivamente, aunque hay que tener en cuenta que son decisiones que no pueden crear precedentes de obligado cumplimiento porque sería imposible que un país pudiera trabajar así. El Gobierno ha conseguido poner el foco de atención ante toda Europa sobre este problema, porque las razones políticas no pueden superponerse a las humanitarias. Una vida vale mucho más que todo eso.

¿Cumple la Unión Europea con sus compromisos con los inmigrantes?

La Unión Europea lo intenta pero parte de una carencia muy importante y es la ausencia de una política migratoria común.

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