Investigadores estadounidenses han desarrollado un nuevo implante que ha permitido a tres hombres tetrapléjicos recuperar los movimientos en sus piernas en a penas unos días. Este innovador sistema permite establecer electrodos en la zona lumbar de la médula espinal a través de una estimulación eléctrica y varias sesiones de rehabilitación durante cinco meses logrando que los tres pacientes caminen con muletas o con la ayuda de un andador.

De esta manera, y gracias a la implantación de sensores en las extremidades inferiores, un programa envía pulsos eléctricos para mejorar los movimientos voluntarios.

Este experimento ya se había desarrollado en anteriores ocasiones, primero con animales y después con seres humanos, pero perdían eficacia con estos últimos. «Ahora se ha conseguido que sea útil en las personas y esto cambia el paradigma, pero solo se ha comprobado en tres hombres, por lo que se trata de una investigación preliminar», explica, en declaraciones a Levante-EMV, el vocal de comunicación de la Sociedad Española de Neurología, Juan Carlos Portillo.

Por ello, el especialista recalca que «supone un experimento muy acotado y solo es eficaz cuando la lesión medular no es completa», es decir, cuando existe una zona sana en la médula. Esto permite que la tecnología se aplique en la parte lumbar, que es la encargada de controlar el movimiento de las piernas. Por lo tanto, Portillo recalca que «no sería adecuado para todas las personas».

El neurocientífico y profesor de Investigación en el Instituto Cajal (CSIC), Javier de Felipe, también hace hincapié en la falta de conocimiento en torno a esta técnica, puesto que «están creando falsas expectativas en algunos pacientes que sufren lesiones completas, a quienes no serviría».

La vicepresidenta de la asociación de personas con lesión medular y otras discapacidades físicas de la C. Valenciana (Aspaym), Yolanda Ruiz, destaca la cantidad de líneas de investigación que se están llevando a cabo actualmente. Asimismo, afirma que el nuevo sistema «solo se ha tratado en casos puntuales y con características concretas, por lo que es temprano para aplicarlo a la realidad».

El terapeuta ocupacional del centro, Miguel Blasco, explica que, con esta técnica, se permiten conectar los electrodos por debajo de la médula y, además, «una de las ventajas reside en que la descarga eléctrica no es continua, por lo que la persona tiene control sobre los músculos».

Blasco menciona que actualmente se están desarrollando otras investigaciones, que se encuentran abiertas y que están relacionadas con el implante de las células madre. «Se podrían combinar diferentes modelos para mejorar esta terapia, el problema es que el acceso público a estas tecnologías todavía está lejos», recalca el terapeuta, que también denuncia la falta de sujetos en este tipo de pruebas, un hecho que comporta que «haya muchas preguntas a las que todavía les falta respuesta».

Hay que tener en cuenta que en este caso solo se ha utilizado un perfil concreto, hecho que supone que no se sepa «a cuántas personas podría beneficiar», subraya Blasco. «La estimulación eléctrica de la médula nos llena de esperanza y de ilusión, pero hay que ir con mucho cuidado», advierte el experto.