Como si la sede de À Punt fuera una aldea gala, la batalla por un mayor presupuesto en 2019 continúa. Compromís es el defensor único hasta el momento de esta medida.

Su idea es que, sin llegar a los 70 millones que pedían los gestores de la radiotelevisión, el resto de partidos del Botànic, o al menos el PSPV, puedan asumir un aumento presupuestario a través de una enmienda en el trámite parlamentario de las cuentas.

Sin embargo, de momento en Presidencia se resisten a moverse de los 55 millones fijados en el proyecto de presupuestos y que es la cantidad que ha tenido el ente este año. El argumento que maneja la coalición de Mónica Oltra es que estos 55 millones estarían por debajo del suelo del 0,3 % de los presupuestos que se incluyó en la ley de la nueva televisión.

La respuesta en la parte socialista es que no hay que tomar como cifra base de referencia los 22.096 millones (el total del presupuesto autonómico incluido el coste financiero), sino el gasto real (16.706,8 millones).

Si el cálculo se realiza con esta cifra, los 55 millones suponen el 0,32 % y por tanto están dentro de la horquilla prevista en la ley (del 0,3 al 0,6 %). Agregan que, con el gasto total en la mano, tampoco se hubiera cumplido con lo legal en 2018.

La explicación no convence en Compromís, que no quiere romper la baraja por esta cuestión, pero al que se advierte molesto por la resistencia encontrada.

Podemos, el tercer socio, se lo mira desde la distancia y ayer optó por esperar acontecimientos (la comparecencia en Corts del presidente del consejo rector y de la directora de À Punt). Fuentes de la coalición recordaban ayer que la ley de la televisión no distingue entre presupuestos y gasto real, sino que habla de lo primero y que ese era el espíritu con el que se acordó durante la ponencia.

Oficialmente, el PSPV no cierra la puerta. Manolo Mata señaló ayer que existen dos opciones para salvar la cláusula legal: o ampliar presupuesto o aprobar una moratoria a la otra disposición que se cierne sobre las cuentas (la de que la plantilla no debe llevarse más de un tercio del presupuesto de la televisión). Se decanta por la última solución, pero la decisión no está tomada.

A ese margen posible de negociación se agarra el síndic naranja Fran Ferri para llegar con una enmienda pactada que inyecte dinero fresco a À Punt. Lo contrario, una enmienda unilateral de Compromís, sería una ruptura de lo que han sido los tres años anteriores de presupuestos del Botànic. Un escenario que ninguno de los dos socios de gobierno quiere imaginar en las cuentas del año electoral.

Mientras, el PP no quiere oír ni hablar de más fondos para el ente público de radiotelevisión.