«Somos conocedores de que la situación económico financiera-financiera de Valmor arroja serias dudas sobre su viabilidad», admitía el director de la Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunitat Valenciana (SPTCV), Nicolás Figueras, en el documento bautizado con el nombre «Análisis de la organización del Gran Premio de Europa de Fórmula 1 y propuesta de alternativas».

El informe confidencial se ha incorporado a la causa que investiga las presuntas irregularidades en la construcción del circuito de Fórmula 1, por parte del Juzgado de Instrucción 17 y la Fiscalía Anticorrupción.

Un informe fechado el 5 de diciembre de 2011 que desvela el argumentario que llevó a la Generalitat -ya dirigida por Alberto Fabra desde el 26 de julio de ese mismo año- a comprar por el precio simbólico de un euro la empresa Valmor Sports SL, creada para organizar los grandes premios de Fórmula 1, pero que necesitó ser rescatada por las arcas públicas desde el minuto cero.

De hecho, en 2009 Valmor Sports SL ya suscribió un contrato con la SPTCV por la que «ambas partes se comprometían a colaborar y prestarse mutuamente toda la colaboración necesaria para garantizar que la celebración y organización del evento se realice en las mejores condiciones posibles».

En realidad la empresa pública se convertía en garante ante FOA (Formula One Administration), la empresa del patrón de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, del pago de derechos de organización, las garantías a los promotores o la realización efectiva de los pagos comprometidos.

A pesar del apoyo administrativo público, la situación de la mercantil creada entre Bankia, Fernando Roig y Jorge Martínez Aspar para asumir la organización de los eventos automovilísticos, no dejó de empeorar según iban avanzando las sucesivas ediciones.

La asfixia económica podía tener consecuencias gravísimas para la empresa pública SPTCV. «En el supuesto de que Valmor incumpliera sus obligaciones respecto la organización del Gran Premio de Fórmula 1, comportaría de forma directa para la SPTCV, en su calidad de copromotor, un coste sin contraprestación alguna, a favor de FOA, de dos anualidades de canon en indemnización (más de sesenta millones de euros).

Una situación muy complicada para la sociedad de proyectos temáticos porque «SPTCV no podría asumir la organización del Gran Premio, no sólo porque no tiene medios para ello, sino también porque no goza de esa posibilidad contractualmente hablando, pese a lo cual se vería obligada a satisfacer el importe de la cláusula penal pactada en su día».

Un situación que el director de SPTCV, Nicolás Figueras, califica en el informe confidencial incorporado a la causa de «enorme gravedad sobre todo porque somos conocedores de que la situación económica financiera de Valmor arroja serias dudas sobre su viabilidad».

A pesar de las pésimas perspectivas económicas, desde la SPTCV se seguía defendiendo que la Fórmula 1 y «la repercusión económica y social para la Comunitat Valenciana, sigue siendo una circunstancia de interés general que justifica el desarrollo del Gran Premio de Fórmula 1 desde la Administración valenciana».

Así que, a partir de los grandilocuentes datos obtenidos en el informe del Instituto valenciano de investigaciones económicas (IVIE) sobre los beneficios de la Fórmula 1 (entre 38 y 42 millones de euros anuales) y a pesar de que los asistentes al evento no cesaron de decrecer desde 2008 (primer año de las carreras), la recomendación final de Nicolás Figueres como director de la SPTCV fue la adquisición de Valmor para evitar males mayores.

«La operación que a juicio de SPTCV resulta más razonable para garantizar la continuidad del Gran Premio de Europa de Fórmula 1, a la vista de su repercusión pública, sería la adquisición por parte de Circuit del Motor -otra empresa pública- de las participaciones de Valmor por el valor simbólico de 1 euro, seguida de la inmediata fusión entre ambas compañías» a pesar de que la empresa privada acumulaba más de 30 millones en deudas.