El «milagroso» circuito urbano de Fórmula 1 en los Poblats Marítims que iba a tener un «coste neutro» acabó costando un 83,7 % más de las previsiones que manejó la Conselleria de Infraestructuras inicialmente. Según un documento fechado en diciembre de 2006, cuando se acababa de conocer en noviembre de ese año que la Generalitat alentaba la construcción de un circuito urbano en València tras gastarse 42 millones en Cheste, la Conselleria de Infraestructuras calculaba que el coste del circuito ascendería a 53,4 millones.

En un desglose de este presupuesto, que puede atribuirse al ex secretario autonómico de Infraestructuras, Victoriano Sánchez Barcaiztegui, y aportado al Juzgado de Instrucción 17 que investiga las presuntas irregularidades en la construcción del circuito y el presunto pago de mordidas, las principales partidas pretendían destinarse a: movimiento de tierras (1,2 millones), firmes (1,4 millones), drenaje (1,4 millones), señalización, balizamiento y defensas (2,9 millones), estructuras (28,2 millones), alumbrado (234.822 euros), afecciones y reposiciones (1,5 millones), varios (100.000 euros) y seguridad y salud (557.711 euros).Puente móvil-levadizo-giratorio

En el apartado de «estructuras» la parte del león se la llevaba el «puente móvil», que se convirtió en la imagen icónica del Gran Premio de València, y para el que se preveía un coste de 26 millones de euros. Se trata del que se consideraba el puente levadizo «más largo del mundo», ubicado en el puerto de València e inaugurado en 2002, que después se hizo fijo por lo que se invirtieron unos 20 millones de euros (3.327 millones de pesetas). Buena parte de esta inversión se pagaron con fondos Feder europeos. Por las obras de la Fórmula 1, el puente se trasladó a la dársena interior del puerto de València y se hizo «giratorio» , con un presupuesto de licitación de 11,3 millones de euros (1.890 millones de pesetas), por lo que la previsión de gasto en este apartado fue la única que se redujo, respecto a los 26 millones de las previsiones iniciales.

El resto del coste del circuito sí que se disparó hasta los 89,7 millones, según la liquidación de las obras facilitada por la Conselleria de Obras Públicas en 2015. Aunque si se le sumaban los gastos financieros (por un crédito de 60 millones que solicitó la Generalitat y que aún se sigue pagando) y otros gastos variados la cifra aumentaba hasta los 98,1 millones., según los datos aportados por el departamento que dirige Maria José Salvador. Un 83,7 % más.

Sobre el cacareado «coste neutro», defendido por los entonces presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y el conseller Mario Flores -ambos investigados en la causa- hasta la Sindicatura de Comptes tenía dudas en su informe de 2008 respecto «al momento y la cuantía [de la inversión] que se vaya a recuperar». La promesa se basaba en que el dinero que adelantaba la Generalitat, a través del ente Gestor de Transportes y Puertos (GTP) se recuperaría por dos vías. A cargo de las cuotas de urbanización del programa de actuación integrada (PAI) del Grao (45,3 millones) y del túnel del acceso norte al puerto (38,1 millones). Aunque la Sindicatura de Comptes advertía que «existe una total incertidumbre sobre el momento y los importes que podrán recuperarse». Como así sucedió.