Las ciudades del futuro pasan por el avance hacia una economía circular, en las que prime el desarrollo ecotecnológico, las energías alternativas, el comercio de proximidad, una movilidad sostenible, el transporte alternativo o los productos ECO.

Nuevos retos en los que según Enrique Gimeno, presidente del Fovasa y del Grupo Gimeno, «queda mucho por trabajar» y que pasan, entre otros aspectos, por un control eficiente de los residuos urbanos en la lucha contra el cambio climático promovida por la Unión Europea.

El impulso de iniciativas empresariales, la apuesta decidida de las Administraciones públicas y la concienciación ciudadana para alcanzar esos objetivos marcados por la UE centraron el pasado martes el foro «Desafíos municipales en la gestión medioambiental», desarrollado en la Fundación Universidad-Empresa Adeit, organizado por Levante-EMV y con la colaboración de Fovasa.

En la línea de Gimeno profundizaba también Federico Buyolo, director de la oficina Alto Comisionado Agenda 2030 de Naciones Unidas. «El desarrollo solo podrá ser sostenible si es social, económico y medioambiental», mantenía.

En esa búsqueda de un modelo acorde «con una sociedad en permanente transformación», Buyolo incidía en la óptima gestión de los residuos que genera una ciudad, compatible además con el medio ambiente. «Necesitaríamos dos planetas para seguir manteniéndonos en las actuales circunstancias si no vamos a lo social y medioambiental», insistía, para acto seguido apostillar: «Eso sería brutal e insostenible».

Buyolo fue trufando su intervención de numerosos datos tanto de la ONU como de la Unión Europea muy esclarecedores y que revelan lo «imposible» del modelo actual, especialmente en lo que atañe al consumo y la generación de basura.

Con 400 instalaciones que gestionan residuos en España, remarcaba que se necesita «una nueva visión de los residuos, porque no podemos consumir de la manera que lo hacemos ahora». La alternativa, en su opinión, no pasa por poner más vertederos «sino por cambiar la forma de hacer las cosas».

El alto comisionado del Gobierno para luchar contra el cambio climático está convencido de que la metamorfosis implica «prevenir, reducir, reciclar y reutilizar». Algo que no pasa solo por la Administración, sino por «integrar» el papel de los ciudadanos y las acciones de los poderes públicos. Alcanzado ese punto, puso como ejemplo a dos países tan dispares como Japón y Kenya que han iniciado ya esa transformación.

«El resto tenemos también la obligación moral de conseguirla», argumentaba, para citar al político uruguayo José Mújica. «Lo complicado es cambiar la mentalidad de la gente, pero el mundo no se para por uno que no quiere la transformación, por muy sheriff que sea», relataba, en otra clara alusión a Trump.

Las exigencias de la Unión Europea pasan «por dar un acelerón a la recogida selectiva de los residuos sólidos urbanos para promover su recuperación», tal como recordaba Julio Monreal, director general de Relaciones Institucionales de Prensa Valenciana, editora de Levante-EMV.

El propósito es que el reciclaje de los residuos sólidos urbanos se sitúe en el 55 % en 2025, para alcanzar un 60 % en 2030 y llegar al 65 % en 2035. Para entonces, el porcentaje de basura urbana que va a parar a los vertederos deberá representar tan solo un 10 % del total, recordaba Monreal, haciéndose eco de los objetivos que reclama la UE a todos los países miembros.

El reciclaje es algo a lo que obliga Bruselas y que supondrá exámenes contínuos por parte del Ministerio de Medio Ambiente hacia las comunidades autónomas, tal como apuntaba Joan Piquer, director general de Canvi Climátic de la Generalitat Valenciana.

«La ciudad de València está dando muy buen ejemplo al respecto, pero tenemos que ser conscientes de que en poco tiempo la recogida selectiva ha de ser universal», desgranaba.« La UE nos dice que no hablamos de residuos, sino de recursos», según Piquer, «pero ha de ser algo obligatorio, no voluntario». «Va en el ADN de la UE y se ha de cumplir para 2020, pero estamos a tiempo», comentaba.

Pilar Soriano, concejala de Medio Ambiente y de Residuos Sólidos, y presidenta de la Emtre (Entidad Metropolitana para el Tratamiento de los Residuos), enumeraba las iniciativas desarrolladas en València ciudad y su área metropolitana, que comprende cuarenta y cinco municipios con un millón y medio de habitantes.

Recogida puerta a puerta

En València se instalarán 1.370 nuevos depósitos marrones, indicados específicamente para la recogida de materia orgánica, por lo que Soriano «espera que el nivel de reciclaje aumente considerablemente y poder cumplir el objetivo comunitario de Reciclar la mitad de los residuos en 2010».

El coste estimado de este nuevo paso es de medio millón de euros en la instalación de depósitos, mientras que el mantenimiento se estima que rondará los 1,6 millones anuales.

A finales de este mes y principios de diciembre, además, comenzará la recogida puerta puerta en cinco nuevos barrios de la ciudad. Una vez que tengan datos consolidados de la recogida de residuos orgánicos, «se aplicará una bonificación en el recibo de la Tamer», señalaba la concejala, que también adelantaba «que se está estudiado cómo incentivar el uso de los ecoparques».

Juan Antonio Caballero, presidente de Cave-Cova ponía el dedo en la llaga al señalar que la concienciación del ciudadano se estrella a veces contra la administración, o las empresas que saturan el mercado de productos poco sostenibles, como envases de plástico. «Hace quince años ya planteamos a la Generalitat Valenciana un plan para la reducción de residuos y nos despreciaron», echaba la vista atrás, para denunciar además: «Somos los primeros obreros de la empresa del reciclaje, pero no cobramos y el ciudadano tiene que ver que ese reciclaje revierte en él». Y se colocó sobre la mesa la idoneidad, o no, de premiar al ciudadano que recicle o castigar al que no lo haga.

A la cita no faltaron representantes de la sociedad valenciana como el actual secretario del sindicato UGT-PV, Ismael Sáez y el exsecretario general de UGT Rafael Recuenco. También asistieron políticos como Mercedes Caballero, diputada en las Corts y secretaria general del PSPV en la provincia de València, o el también socialista Roberto Raga, alcalde de Ribarroja. Por el PP lo hicieron Luis Santamaría, presidente de la gestora de la ciudad de València, la concejala Maria Angels Ramón Llin, el exedil Juan Vicente Jurado o el asesor Julio Aguado. Vecinos y consumidores tampoco quisieron perderse el foro y se pudo ver a Manuel Lubary, vicepresidente de Cavecova, a María José Broseta, presidenta de Federación de Asociaciones de Vecinos de València, a Toni Plà, vicepresidente y presidente de la Asociación de Vecinos de Patraix, o a Paco Albert, tesorero. Vicente Inglada, de la Unión de Consumidores, o a la presidenta del Ateneo de València, Carmen de Rosa, también siguieron atentamente las intervenciones.