Dos de cada tres ciudadanos vive en las ciudades y para 2030 se espera una población urbana del 61 %, que llegaría al 82 % en los países desarrollados y a un 52 % en los menos desarrollados. Los datos los puso sobre la mesa Joan Ribó, para corroborar «que es en, y desde las ciudades, donde se está decidiendo el futuro del planeta».

El alcalde de València recordó que los procesos de industrialización y terciarización «han provocado problemas ambientales a escala urbana, cuya solución cada vez es más compleja». «Años de modelos económicos y de consumo tratando a las personas como usuarias o consumidoras han provocado hábitos insostenibles, generando problemas de sobreproducción de residuos y sobreexplotación de materias primas», razonaba Ribó.

El diseño de una nueva València «pasa por una movilidad sostenible, una gestión eficiente y productiva de los residuos, o la alimentación saludable y sostenible». Ribó hacia hincapié en que el cambio climático no es una cosa del futuro. «Estamos viviéndolo ya», enfatizaba.

La solución pasa «por rechazar paradigmas de desarrollo obsoletos y pensar en una València actual, moderna, dinámica, viva y medioambientalmente responsable y humanizada». La primera autoridad municipal recordaba que el transporte motorizado es la principal causa de contaminación ambiental.

El alcalde, además, abogaba «por el cuidado y la conservación del medio ambiente, gestionando de manera sostenible y responsable los recursos naturales, la salud de las personas y contribuyendo a paliar y adaptarse a los efectos de calentamiento global». En ese sentido, la jardinería tendrá que ser «diferente, más sostenible y más justificada», según Ribó.