Apenas seis meses separan al Consell de las elecciones autonómicas y municipales de 2019 y esta circunstancia se está dejando notar en las agendas de los altos cargos al más alto nivel.

El objetivo de vender las bondades del Botànic, en la búsqueda de un voto de confianza por cuatro años más, parece estar detrás de la actividad de algunos consellers que han salido de sus despachos para hacer llegar sus mensajes en las comarcas valencianas.

Ayer, sin ir más lejos, tres consellers (una independiente, una socialista y otra de Compromís) tenían una cumplida agenda de actos por municipios de la Comunitat Valenciana. Dos de ellos, con el objetivo declarado de divulgar las acciones de sus respectivos departamentos en el ámbito de los próximos presupuestos de la Generalitat para 2019.

El documento, pese a estar pactado con Podemos, todavía se encuentra en fase de tramitación en las Corts. De hecho, el periodo de presentación de enmiendas acaba esta semana. No obstante, consellers y conselleres ya se han puesto manos a la obra para desgranar por el territorio valenciano las diferentes partidas presupuestarias.

Así, la consellera de Justicia y Adminitraciones Públicas, Gabriel Bravo, quien ya compareció en las Corts para explicar sus cuentas para el próximo ejercicio, estuvo en Alicante para hablar de los presupuestos de Justicia territorializados.

Por su parte, el titular de Eduación, Vicent Marzà, se desplazó a la localidad de Alzira para hablar de las mejoras en infraestructuras escolares en la comarca de la Ribera.

Por su parte, también tenía agenda fuera del despacho, la titular de Sanidad, Ana Barceló, con una «visita» al centro de salud integral del Ato Palancia, en la localidad de Segorbe y, otra, al hospital de Sagunt.

La frenética actividad de los miembros del Gobierno parece responder a la estrategia de vender más allá del cap i casalEs decir, que el mensaje cale en todo el territorio valenciano. Aunque no es algo extraordinario, no suele ser habitual que los propios consellers acudan a los municipios a presentar sus presupuestos. Esta tarea de proselitismo suele ser asignada a los diputados y diputadas o cargos de segundo nivel.

La precampaña empieza a notarse en la agenda del Consell, pero también en la de otros dirigentes políticos hasta el punto de que ya podría considerarse inaugurado el periodo de las promesas electorales. Los propios presupuestos de la Generalitat son tildados por la oposición como electoralistas.

Los populares, por ejemplo, con Isabel Bonig a la cabeza, llevan tiempo poniendo el foco en los pueblos a la hora de diseñar las agendas. Este fin de semana Bonig proponía ya en Benidorm que la sede de la Conselleria de Turismo estuviera en la citada ciudad.

El ambiente preelectoral difícilmente abandonará ya la política valenciana, máxime además con las elecciones andaluzas ya en plena actividad.